Unidad
sábado, 19 de diciembre de 2009
martes, 15 de diciembre de 2009
Eduardo Accastello:”El Peronismo tiene que tener un proyecto”
Consideró el dirigente que el justicialismo sin “nuevas ideas y renovación de figuras” no podrá conservar el gobierno.
-Con miras al 2011, ¿piensa que el peronismo se agotó tras doce años de gobierno?
-Creo que lo que puede estar agotado nunca es el peronismo, sino los dirigentes que hoy lo conducen circunstancialmente. El proceso de mayor crecimiento en la Argentina, como de 2003 al 2009, lo dio el peronismo. Al igual que en el período del 45 al 55. Lo que tenemos que lograr en Córdoba es que el peronismo vuelva a tener un proyecto. No que vuelva a tener un candidato. El PJ no discute ideas desde hace años, sino candidaturas. Y con las candidaturas ganen o pierden los hombres, pero nunca le dejan nada al pueblo. Y el peronismo es pueblo.
-¿Tiene posibilidades el peronismo de unirse en 2011?
-La unidad del peronismo no se dará en la unión de tres dirigentes de renombre dados por cierta prensa cordobesa. Se dará en la esencia de una idea concreta de desarrollo para Córdoba. En pensar cómo reprogramar el Estado cordobés que está agotado. Si se unen tres nombres no tendrá posibilidad de gobernar y promoverá la alternancia de lo que viene, que son modelos que postraron a Córdoba. Fíjese en el modelo de (Oscar) Aguad, de (Luis) Juez, son las peores gestiones que cerraron escuelas, hospitales... Córdoba Capital es la que más recibió dinero en la Argentina, como ciudad, entre los años 2003-2007 y fue la peor gestión que los cordobeses recuerden. No es que la plata resuelve los problemas de la gente. Hace falta un proyecto y gestión para hacerlo bien. Por eso el justicialismo debe discutir ideas y la renovación de los dirigentes, poniendo al frente a aquellos que hayan sido capaces de gestionar, de tener experiencias exitosas de gestión.
-¿Se incluye usted entre los candidatos a gobernador para 2011?
-Estoy con ganas de aportar al peronismo de Córdoba y de los sectores progresistas una visión y experiencia de gestión que hicimos en Villa María. Con ganas de debatir con todos los dirigentes de Córdoba, con los actores comunitarios, comunicacionales, la responsabilidad que tuvieron en estos años para que Córdoba esté como esté. Discutir y debatir en serio un proyecto moderno, eficiente y equitativo. Hoy los candidatos que se vislumbran son los tres que promovió un medio de comunicación, que ya definió la estrategia de un Estado de caos permanente para que ellos sigan marcando la agenda como lo hicieron estos años. Y lo que viene es complicado, porque es el conservadurismo y la derecha más recalcitrante de aquellos sectores que no tienen proyecto, y que lo único que quieren es ser ellos mismos los que deciden cómo le tiene que ir a la gente.
-¿En Córdoba se discuten nombres y no ideas?
-Sí, y marca un criterio de escasa valorización de la política en Córdoba.
-¿A qué se refiere con eso de escasa valorización?
-En Córdoba la política está basada en la discusión de debates secundarios y no en la profundización de lo que necesitan los cordobeses.
-A su criterio, ¿qué se requiere?
-Definir las necesidades de una comunidad en los próximos cincuenta años. Hoy Córdoba no tiene un plan energético, ni de sustentabilidad ambiental, ni políticas para garantizar la distribución equitativa de ingresos.
-¿A qué se refiere cuando habla de debates políticos secundarios?
-Por ahí se discute si la Nación manda o no manda fondos. El 60% del Presupuesto provincial está integrado con recursos nacionales en programas de salud, de educación y ciencia y tecnología. Esto pareciera que hay muchos que no lo ven.
-¿Habla de sectores que apuestan a una Córdoba agroexportadora?
-Está postergada detrás de Catamarca, de Santa Cruz, en materia de desarrollo humano. En lugar de discutir una visión de crecimiento, se sustituye la verdadera discusión política con cuestiones semánticas de entrecasa, las peleas que han protagonizado los dirigentes políticos cordobeses en los últimos años.
-¿Mucho se habla y escribe sobre la pelea Schiaretti-Nación, y se dice que fue precisamente por el campo, concretamente por las retenciones?
-No, creo que esta confrontación que tuvo Schiaretti fue por un posicionamiento político personal. Buscó legitimación política que entendía que no había tenido, con un triunfo que aún por diferencias pequeñas había logrado.
viernes, 27 de noviembre de 2009
NUEVO PLENARIO DE LA MILITANCIA EN OSPLAD
ADHERIMOS A LA CONVOCATORIA E INVITAMOS A PARTICIPAR DEL NUEVO PLENARIO DE LAS ORGANIZACIONES POPULARES SOCIALES, POLITICAS Y GREMIALES QUE IMPULSA LA DIPUTADA ELECTA POR EL FRENTE PARA LA VICTORIA DE CORDOBA, COMPAÑERA CARMEN NEBREDA, PARA ESTE SABADO 28 DE NOVIEMBRE A LAS 10. HS EN LA SEDE DE OSPLAD (MAIPU 146)
ENTENDEMOS QUE ES IMPORTANTE QUE LAS ORGANIZACIONES QUE PARTICIPEMOS, LLEVEMOS PROPUESTAS PARA DAR FORMA ORGANIZATIVAS AL ESPACIO QUE ESTÁ NACIENDO EN EL CONTEXTO DEL ACTUAL PROCESO DE DESARROLLO DEL FRENTE PARA LA VICTORIA EN CORDOBA.
CREEMOS QUE ESTE ESPACIO ES EL MAS ADECUADO PARA DAR EL DEBATE SOBRE EL ROL QUE LAS ORGANIZACIONES POPULARES DEBEMOS OCUPAR PARA EL MEJOR DESARROLLO DEL PROYECTO NACIONAL Y POPULAR EN NUESTRA PROVINCIA.
AQUÍ PODEMOS Y DEBEMOS PROPONER ACCIONES POLITICAS Y ORGANIZATIVAS CONCRETAS QUE CONTRIBUYAN A DAR EL MEJOR CONTENIDO AL DESARROLLO DEL PROYECTO NACIONAL EN CORDOBA
ENTENDEMOS QUE LA UNIDAD Y LA ORGANIZACIÓN SON EL MEDIO INDISPENSABLE PARA DEFENDERNOS DEL EMBATE PERMANENTE Y SISTEMATICO DE LA DERECHA CIPAYA QUE HOY PRETENDE CON MUCHA FUERZA Y DESICIÓN DESTITUIR A LOS GOBIERNOS POPULARES LATINOAMERICANOS
Peronismo Cordobés en el Proyecto Nacional
miércoles, 25 de noviembre de 2009
ENRIQUE LACOLLA - El campo de batalla suramericano
En el mundo globalizado todo tiene que ver con todo. Y el principal motor de esa dinámica es el mundo desarrollado, en extremo agresivo. Lo grave para nosotros es que los dirigentes de América latina, o más bien los exponentes de los gobiernos de centro izquierda que surgieron de la resistencia al modelo neoliberal del Consenso de Washington, no terminan de decidirse a ir a las cosas y suelen disimular con palabras bienintencionadas una falta de operatividad en el plano de las iniciativas concretas que hacen falta para salir al encuentro de las amenazas que pesan sobre la región.
Desde el hundimiento del comunismo los acontecimientos han acelerado su curso. La fragilidad económica de la única superpotencia que existe en el globo, Estados Unidos, no le ha impedido lanzarse a la conquista de su proyecto hegemónico. Más bien al contrario, parecería que esa fragilidad y los límites que está encontrando ese proyecto ante el surgimiento de resistencias encarnizadas en áreas estratégicas fundamentales como son el Medio Oriente y el Asia Central, apuntan a exacerbarlo y a generar una fuga hacia delante. América latina y Suramérica en particular, a las que el desastre de las políticas neoliberales habían impulsado a buscar vías alternativas a la dependencia a través de su integración regional, encontraron en un primer momento una cierta latitud de márgenes para armar una incipiente organización unitaria. Estados Unidos estaba obsesionado con otras zonas y el desastre promovido por el neoliberalismo le achicaban aquí el espacio sociopolítico para la reedición del experimento que Naomi Klein denominó “la doctrina del shock”. Se abrió entonces un interludio durante el cual se fortificó el Mercosur, surgió la Unasur y los presidentes iberoamericanos comenzaron a tomar carta en los problemas regionales que los afectaban directamente. Las reuniones de Mar del Plata, de Bariloche, de Santo Domingo, dinamitaron el proyecto de sujeción supuesto por el Alca y frenaron la escalada bélica entre Colombia y Ecuador, así como el separatismo del Oriente boliviano, que habría introducido un catastrófico elemento de secesión en el techo de América. Pero estas iniciativas, con ser importantísimas, no dejan de ser expedientes provisorios que no anulan los factores de riesgo. La disponibilidad de poderes que tiene el imperialismo le consiente volver una y otra vez sobre los núcleos para él problemáticos con la intención de proseguir socavando el proyecto unitario latinoamericano con recursos que van desde las acciones de inteligencia destinadas a interferir en los asuntos internos de nuestros países, fomentando cuantas opciones separatistas que puedan debilitarlos, a la práctica del liso y llano golpe de Estado, del cual fue ejemplo el alzamiento contra Chávez en 2002. Los gobiernos de centroizquierda a los que hemos mencionado y que abarcan un arco de modalidades políticas bastante variado, desde la temperamental de Chávez a las más moderadas de Lula, Cristina Fernández y Bachelet, pasando por Correa, Daniel Ortega y Evo Morales, no terminan, sin embargo, de encontrar una política ponderada y enérgica a la vez, que sirva para acomodarse a las exigencias del nuevo tiempo y a la ya evidente decisión norteamericana de poner un freno a las veleidades autonómicas de los países de lo que Washington entiende es su patio trasero.
La existencia de élites ajenas al anhelo unificador e independentista que hay en América latina y que conservan todo su poder económico y su peso mediático, más la presencia de una importante masa de clase media alienada de la realidad gracias al discurso del sistema, representan obstáculos muy importantes para el logro de la aspiración regional a la complementariedad y la integración. Lo que ha sucedido en los últimos tiempos en la región debe leerse en este marco. La reactivación de la IV Flota norteamericana, el golpe de Estado en Honduras, la sumisión del pretendido reformador y progresista Barack Obama a los dictámenes del complejo militar-industrial que maneja la política estadounidense, la erección de siete bases norteamericanas en Colombia, para las que el Congreso ha autorizado ya los fondos respectivos, y quizá hasta algunos extraños fenómenos (1) que se han producido últimamente en el país cuyo gobierno se apunta como el líder natural de la región, Brasil, están dando a entender que el gobierno estadounidense ha declarado una suerte de guerra de facto al proyecto latinoamericano de erigirse en una suerte de bloque regional.
Esto implica la puesta en práctica, dirigidos esta vez sin tapujos contra Suramérica, de los mecanismos que vienen definiendo la política estadounidense para el resto del mundo a partir de 1991. En este esquema, el debilitamiento de los competidores potenciales de la hegemonía norteamericana es un dato fundamental y se activa a partir de dos principios básicos. Uno es la agresión física directa contra factores que pueden obstaculizar el acceso a los recursos estratégicos –casos de Irak o Afganistán- y otro es el cerco de los principales adversarios y la división o el fomento de los particularismos étnicos o confesionales latentes en sus sociedades. La explosión de la ex Yugoslavia, la atracción de los países del ex bloque del Este al cuadro de la Unión Europea e incluso de la Otan, que empuja a Rusia hacia los Urales y al mismo tiempo diluye la composición nuclear de la UE como factor independiente ahogando a Francia y a Alemania en un puzzle asociativo donde tomar decisiones comunes se torna más difícil; el fomento de los nacionalismos de campanario en el Cáucaso y el Tíbet, son muestra de que Washington entiende a adherir al viejo principio del memorándum Crowe que en enero de 1907 determinó la planificación de la política exterior británica de cara al siglo XX: “la estructura y no el motivo es lo que determina la estabilidad”–es decir, el mantenimiento del estatus quo que favorece a la o las potencias dominantes. (2)
Esto significa que, aun en el caso de que el rival potencial no tenga disposiciones agresivas, su poderío creciente debe ser neutralizado para impedir que ese aumento se constituya, objetivamente, en un pendant, en un contrapeso para la influencia de la potencia que se quiere hegemónica. En este sentido China es el principal enemigo, seguida por Rusia, porque ambas compondrían el bloque euroasiático que más poderosamente podría gravitar en el mundo y contrabalancear o incluso desbancar el poderío de Estados Unidos y de los otros países que conforman la tríada dominante en el presente. Es decir, el Japón y la Unión Europea. Se trata de una descarnada lucha por el poder, que no tiene mucho que ver con las ideologías.
Objetivo: América latina
¿Y qué tiene que ver América latina con todo esto?, se preguntará el lector. Pues tiene que ver, y mucho, pues ingresa en la categoría de reservorio de recursos estratégicos esenciales para el mantenimiento de la hegemonía norteña durante el presente siglo y porque su constitución en Nación unitaria la erigiría en un factor que podría mover sus piezas de acuerdo a un criterio independiente en un mundo donde las tensiones seguirán aumentando.
A partir del golpe en Honduras y del beneplácito del gobierno colombiano presidido por Álvaro Uribe en el sentido de conceder siete bases estadounidenses en su territorio (la cháchara en torno de que se trata de bases colombianas en donde “se admitirá a las fuerzas” norteamericanas para combatir el narcoterrorismo es un flaco pretexto); de la reactivación de la IV Flota estadounidense en disposición de operar en el Caribe y el Atlántico sur de acuerdo a las directivas del Southcom, y del putsch en Honduras, a partir de estos datos, decimos, se hace evidente que los tiempos se están acortando y que Estados Unidos está listo para volver al “monroísmo”. Es decir, a la práctica de la Doctrina Monroe que en 1823 sentenció que América debía ser para los “americanos”. O sea para los “usamericanos”, toda vez que la potencia norteña se apropió del patronímico inspirado en el nombre del navegante y cartógrafo italiano al servicio de España, Américo Vespucio, con el cual se bautizara a las tierras descubiertas por Cristóbal Colón.
La resistencia contra el reforzamiento de esta tendencia, de parte de los gobiernos iberoamericanos no acaba de superar el estadio declarativo. Brasil, es cierto, se permitió una interesante jugada al permitir o más bien propiciar que su embajada en Tegucigalpa alojase al presidente Zelaya a su vuelta a Honduras, pero el gobierno norteamericano, a pesar de su aparente repudio al golpe de Estado en ese país, permaneció impertérrito y hoy el mandatario depuesto ve pasar los días desde una ventana de la representación diplomática, sin que la situación se mueva un ápice.
Si Washington desea, como desea efectivamente, desarticular lo que a sus ojos son las veleidades autonomistas de América latina, debe lidiar en primer término no sólo contra quienes hoy más con mayor estridencia la proclaman, sino contra quienes detentan los recursos y disponen de una potencia centrípeta capaz de nuclear, a la corta o a la larga, a los países del área.
El más obvio de los objetivos para comenzar la ofensiva es Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez Frías encarna una combinación de factores sociales cuya coalición siempre ha inquietado sobremanera a Washington: un jefe carismático y populista apoyado en las masas y sustentado por un ejército donde prepondera un ala nacionalista. Pero más allá está Brasil, una incógnita para propios y extraños, pero que podría ser “ayudado” a plegarse al diktat estadounidense a través de políticas que conjuguen la oferta del “bastón y la zanahoria”. Es decir, del halago y el castigo, simultáneamente.
Las vías para una agresión contra la revolución bolivariana hace rato que están trazadas y la aparición de las bases norteamericanas en Colombia les dan el sustento práctico que necesitan. De acuerdo a una reciente nota de Heinz Dieterich, las opciones instrumentales que se ofrecen para tornarlas operativas son varias y aplicables de acuerdo a la gradación que pueda imprimirse al conflicto, a saber: 1) El incremento de la oposición interna al gobierno a través de los canales mediáticos y aprovechando el fuerte rechazo que inspira Chávez a más o menos un 40 por ciento de la población, en busca de una derrota electoral del partido bolivariano en las elecciones del año que viene y del 2012. Esta vía es la menos cruenta, pero podría ser incentivada por medio de:
2) El fomento de bandas paramilitares que comprometan al ejército venezolano en acciones de guerrilla en la frontera con Colombia, donde esos grupos encontrarían protección del ejército colombiano a su vez cubierto por el paraguas de la aviación y los efectivos norteamericanos aposentados en ese país. El desgaste y la humillación que suscitaría este escenario reforzaría a los elementos que dentro de las fuerzas armadas venezolanas no confían en Chávez y podrían tentarlos a derrocar al mandatario y terminar con la experiencia bolivariana.
3) Si eso no sucede, un choque abierto con los colombianos sostenidos por la panoplia norteamericana suscitaría a su vez la aparición de un tercer escenario, el de una guerra convencional y abierta con Colombia, de proyección de veras catastrófica, prácticamente imposible de ganar dada la presencia norteamericana y que significaría la liquidación del proceso chavista y un escarmiento para el resto de América latina. Más allá de las secuelas insurgentes y contrainsurgentes que un episodio de esas características arrastraría consigo.
Por otra parte, un documento oficial de la fuerza aérea norteamericana reproducido en forma parcial por el licenciado Carlos Pereyra Mele en su trabajo “Construyendo un enemigo a medida”, expresa que la base de Palanquero (en Colombia) “garantiza la oportunidad para conducir operaciones de espectro completo por toda América del Sur. El documento expresa asimismo que “Estableciendo una Localidad de Cooperación en Seguridad (CSL) en Palanquero…, su desarrollo nos dará una oportunidad única para las operaciones de espectro completo en una sub-región crítica en nuestro hemisferio, donde la seguridad y la estabilidad están bajo amenaza constante de las insurgencias terroristas financiadas por el narcotráfico, los gobiernos anti-estadounidenses, la pobreza endémica y los frecuentes desastres naturales”. La base de Palanquero, por otra parte, “también incrementará nuestra capacidad para conducir operaciones de inteligencia, espionaje y reconocimiento…, mejorará las relaciones con socios… y aumentará nuestras capacidades para librar una guerra expedita”.
Todo un programa. Pero el objetivo último de esta compleja construcción no puede ser sólo Venezuela. Resulta obvio que apunta al conjunto del subcontinente y en primer término a Brasil que, en tanto miembro prominente del club de potencias mundiales emergentes e integrante del BRIC (Brasil, Rusia, India y China) podría ejercer un poder de imantación muy serio en el hemisferio sur, a poco que acuerde sus políticas con Argentina, el socio con más recursos potenciales, con una inserción geográfica poderosa y vocero natural de los países que hablan castellano frente a un Brasil que habla portugués, otra de las variables idiomáticas que dividen al foco cultural significado por la península ibérica. Principal referente esta, en definitiva, de una civilización indoeuropea que constituye uno de los fenómenos más originales y eventualmente más progresivos en un siglo de signado por la inevitabilidad del mestizaje a escala universal.
Brasil y Argentina, con la Amazonia y con las reservas hídricas y minerales que detentan, más su potencial tecnológico e intelectual que, aunque todavía coartado, es grande, son un objetivo primario del activismo preventivo que el imperialismo está en condiciones de poner en práctica para adecuarse a los principios del memorándum Crowe: se tratará de frenar la articulación de una estructura de poder que, aunque esté en buena disposición para entenderse con Estados Unidos, supone, objetivamente, la posibilidad de que se constituya en un alternativa capaz de escapar a las reglas de sumisión que se exigen desde arriba y apta para elaborar una estrategia autónoma, dirigida a dominar sus recursos y a hacerse un lugar en los asuntos mundiales por propia gravitación.
La presión norteamericana sobre Suramérica puede, pues, darse por descontada. Y estos países tienen mucho que andar para elaborar una política común, tanto en materia diplomática como de defensa, capaz de desalentar los intentos de ingerencia movilizados desde el Norte. La guerra relámpago lanzada por Estados Unidos en estos días a través del golpe en Honduras y de la radicación de las bases militares en Colombia no ha encontrado todavía una respuesta clara de parte de los gobiernos suramericanos involucrados en un curso diferente al propuesto por Estados Unidos. Ha habido declaraciones, sí, pero ninguna sintonía definida acerca de cómo enfrentar con expedientes prácticos el activismo norteamericano en la región.
Suponer que estos países podrán autovertebrarse sometiéndose a la doctrina Monroe recocinada, es una entelequia. Semejante posición sólo dejará espacio para un discurso genéricamente antiimperialista que apenas podrá disimular la sumisión. Por otra parte, imaginar que se puede ganar tiempo a fin de ir construyendo una correlación de fuerzas menos desequilibrada para enfrentar a Estados Unidos antes de encararlo con franqueza, es con probabilidad ilusorio. El Imperio no tiene tiempo que perder y sólo moderando sus apetitos y su voluntad de poder podría acomodarse a un tren de acción más ponderado y que mida de forma racional las relaciones con el Sur. Si esto fuera así sería maravilloso. Pero atendiendo a los datos de la historia es improbable que ello suceda.
Resta la opción aparentemente más difícil, pero que tal vez sea la más sana y realizable, si se quiere poner a estos países de veras de pie. Semejante opción pasa por la formación de un frente militar integrado por Venezuela, Brasil, Ecuador y Bolivia, con activo apoyo argentino, para erigir un elemento capaz de frenar cualquier aventura en gran escala emprendida contra Venezuela o la Amazonia. (3) Sí, suena a política ficción. Pero semejante construcción supondría un factor disuasorio de marca mayor y encendería todas las alarmas en la opinión pública norteamericana (factor que no conviene descuidar) dados la inmediatez y los lazos que existen entre la parte norte y la parte sur del hemisferio.
Como es natural cualquier experimento integrador de este tipo, o incluso su insinuación, no podrá actuarse sin un trabajo en profundidad para acabar con las desigualdades sociales en nuestra porción del continente. Si dijimos más arriba que el ordenamiento mundial hacia el cual se está yendo es una descarnada lucha por el poder en la cual poco tienen que ver las ideologías, es evidente sin embargo que ninguna construcción asentada sobre una base real de poderío podrá erigirse sin la abolición de la configuración económica y cultural dependiente, promovida por una casta dominante que vive en simbiosis con el imperialismo y que ha determinado la ruta por la que han circulado estos países desde su nacimiento. No es posible que la exclusión social sea la pauta por la que se gobiernan los países en crecimiento. La profundización de la democracia, por lo tanto, la liberación de este concepto de las excrecencias declamatorias con las que se lo ha rodeado y una participación activa de las masas en la orientación del poder son condición sine qua non para el logro de un objetivo unificador.
Estas no son metas para mañana. Dado el paso cansino de nuestros países –roto de cuando en cuando por arrebatos de energía que concitaron represiones feroces- las elaboraciones teóricas respecto al tema de la lucha por la integración tendían a postergar su resolución para después de que se hubiesen acumulado las reservas de conciencia necesarias para comprender nuestra realidad y para lidiar con este tipo de proyecto. Pero los tiempos se han acelerado. El mundo va hacia un nuevo ordenamiento que estará presidido, al menos en una primera instancia, por el caos. Tomar conciencia de nuestra situación no puede separarse ya de laborar de manera concreta para modificarla. Los países de Iberoamérica se enfrentan a una batalla cultural, mediática, social y productiva que sea capaz de erigir las defensas intelectuales y también militares para que, detrás de ellas, pueda surgir esa “nueva y gloriosa Nación” que el himno postuló como inevitable para sentar la situación de Latinoamérica en el mundo.
1) No es bueno jugar con las teorías conspirativas de la historia, pero a veces la tentación es irresistible o, mejor dicho, inevitable. El reciente e inexplicable apagón que dejó a más de la mitad de Brasil a oscuras, ¿no pudo estar vinculado a un ataque cibernético? ¿Quién dispondría de los instrumentos idóneos para lanzarlo si no son los servicios de inteligencia de una superpotencia? ¿No habrá sido una manera extorsiva de advertir al gobierno brasileño acerca de la fragilidad de su infraestructura energética en vísperas de la Copa Mundial de Fútbol de 2014 y de los Juegos Olímpicos previstos para el 2017?
2) Para una exposición más precisa de este tema es útil apelar a Henry Kissinger, quien lo describe con cierto detenimiento en su libro La diplomacia, edición 1996 del Fondo de Cultura Económica, páginas 187 a 189.
3) Desde luego, no se trataría de librar una guerra abierta (all out war) con Estados Unidos, sino de sembrar de obstáculos y problemas el camino hacia ese tipo de conflicto, que a no dudar levantaría múltiples resistencias en el mundo entero.
lunes, 26 de octubre de 2009
miércoles, 21 de octubre de 2009
Accastelo - Discurso en Acto de Forja
Quiero saludar a todas las organizaciones sociales y a los 8 partidos políticos que forman parte de este espacio, que es amplio y representa a todos los cordobeses.
Estamos todos hoy aquí Sr. Ex Presidente Néstor Kirchner, esta toda la sociedad sobretodo la clase media que puede mandar sus hijos a la Universidad para que puedan educarse porque el Estado cuadruplicó el presupuesto en educación en los últimos años
Están los productores agropecuarios que, en un 45% en el año 2000 a 2002 tenían sus campos hipotecados y que ahora ven como se recupera con estos acuerdos a los que se ha llegado…
Están también los trabajadores de la leche que nos están acompañando
Aquí están los jubilados que han recuperado de a poco al igual que los trabajadores activos su poder adquisitivo y que luchan y saben que ahora reciben por ley dos aumentos anuales en función de los aumentos que perciben a los trabajadores activos.
Aquí también están los agricultores, los pequeños productores de la papa de Villa Dolores junto a su intendente, también los que recuperaron su empresa…
Aquí están los Ferroviarios que pudieron recuperar los trenes, aquí están también todos los trabajadores, que vienen a recibirlo a Ud. Compañero Néstor Kirchner
Aquí Sr. Ex presidente esta también el espíritu de Evita, porque a FORJA lo inauguró Evita hace más de 60 años, y ella está en el corazón de los cordobeses porque ella es luchadora y parte del corazón de los trabajadores…
Aquí también esta el espíritu de Atilio López, de Tosco, de Elpidio Torres y cada uno de los trabajadores que soñaron una córdoba diferente, por una córdoba distinta.
Aquí también están las Abuelas de Plaza de Mayo, hoy en un día muy especial en donde podemos juzgar a los genocidas que mataron a los militantes y a los compañeros por pensar, aquí también están los jóvenes que tienen esperanza, todos vinieron a verlo y escucharlo porque todos somos parte del Campo Nacional y Popular y formamos parte de esta ilusión de pueblo postergado, porque nada se detiene porque estamos comprometidos con este objetivo de vida…
Nunca nada fue fácil para nosotros, nunca fue fácil para los que integramos el Movimiento Nacional y Popular desde Irigoyen, aquí están, desde los radicales de Irigoyen, están los peronistas de perón y de Eva , los peronistas del Brigadier San Martín, Aquí están los viejos luchadores que quieren recuperar el Movimiento Nacional y Popular para que pueda recuperar el rol en contra de los especuladores de aquellos que quieren que el país sea para unos pocos.
Nosotros, querido compañero Néstor, queremos el consenso, pero queremos el consenso de la mayoría, no el consenso que pregonan los que defienden los intereses para unos pocos el consenso no es la debilidad de las ideas ni puede establecer la practica de dominación de unos sobre otros, el consenso es que algunos trabajan para los que menos tienen y todos trabajamos para sacar a la indigencia y a la pobreza de nuestro país.
Ese e s el consenso que pregonamos los que formamos parte del Campo Nacional y Popular, no el consenso para eliminar al proyecto político que hoy gobierna.
Cuando a ellos les tocó gobernar lo hicieron sin consenso, se endeudaron sin consenso, hicieron hiperinflación en este país sin consenso, corralito sin consenso,empleo en negro sin consenso, el fusilamiento de nuestros compañeros sin consenso, la pobreza la privatización y la destrucción de la industria nacional, sin consenso, nosotros queremos construir el consenso para la mayoría para todos los argentinos, para la unidad de todos los argentinos…
Hoy acá tenemos nuestras banderas históricas, la Independencia Económica la Soberanía Política y la Justicia Social tenemos hoy un nuevo desafío en Córdoba y en Argentina, nosotros creemos que no hay que poner falsas antinomias, de confortación entre Nación y Provincia. Argentina es Córdoba y Córdoba es Argentina, tenemos que trabajar todos juntos sin peleas para que lleguemos a nuestra gente y a los que más nos necesitan.
La contradicción principal sigue siendo ser humano o grupo económico, grupos potentados o trabajadores, especuladores financieros o pueblo.
Queremos estar en una agenda pública como lo viene haciendo nuestra presidenta Cristina Fernández y queremos pedirle que le mande un saludo de todo el pueblo de Córdoba…
Por eso en este saludo lo que quiero hacer en representación de todos los compañeros, dirigentes, Legisladores, Intendentes, de Carmen Nebreda nuestra Diputada electa, que también, nos permite que Córdoba tenga una representación de los trabajadores, después de 30 años que los trabajadores no participaban de las listas.
Quiero en nombre de todos agradecerle la presencia, y decirle que creemos en la justicia social, creemos en la igualdad de oportunidades, creemos en la necesidad que los niños sean los únicos privilegiados creemos en los derechos humanos para todos, creemos que córdoba se tiene que inscribir en el marco de este proyecto y que Ud tiene que seguir liderando en los próximos amos este proyecto nacional en la república Argentina y por eso es que hoy Córdoba se pone de pié para decirle aquí estamos para construir una opción para todos los cordobeses, para todos los argentinos, por las grandes luchas populares, gracias Néstor por estar aquí,
DE PIÉ, DE PIÉ, CÓRDOBA CÓRDOBADE PIÉ, MUCHAS GRACIAS….
miércoles, 7 de octubre de 2009
Las mentiras sobre la Ley de Medios
Muchas de las críticas al proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se sostienen en argumentos que no tienen respaldo en el texto aprobado por la Cámara de Diputados de la Nación. El presente artículo pretende mostrar la inconsistencia argumental de las críticas más comunes que se han planteado estos días.
1. Ley de control de medios: Falso. En primer lugar, porque no hay una sola norma que imponga un determinado contenido, ni siquiera el proyecto exige que la información difundida sea objetiva y veraz, como se hace en otros proyectos. Lo que sí se determina es un porcentaje mínimo de producción nacional (70% para radios y 60% para televisión), y se establece una cuota mínima de pantalla para cine y artes audiovisuales nacionales (artículo 67 del proyecto).
Algunos legisladores de la oposición se alarman por las atribuciones de la Autoridad Federal de Aplicación, por caso, la de adjudicar, prorrogar y declarar la caducidad de las licencias (art. 12 inciso 11 del proyecto). Cabría preguntarse en cabeza de quién están estas funciones hoy en día. ¿Del Congreso de la Nación? ¿Del Poder Judicial? De ninguna manera. La Ley 22.285 vigente hasta hoy concede esas funciones al Comité Federal de Radiodifusión (artículos 39 y siguientes), que está conducido por un interventor designado por el Poder Ejecutivo, sin participación de nadie más. Queda claro entonces que si el objetivo fuera "controlar" los medios, sería mucho más sencillo mantener el actual esquema legal, que propiciar una autoridad de aplicación con miembros designados por el Congreso y el Consejo Federal de Comunicación Audiovisual, éste último organismo integrado por un representante por cada provincia, además de las entidades que agrupan a prestadores con y sin fines de lucro, universidades nacionales y sindicatos de los trabajadores de la comunicación, entre otros (art. 16 del proyecto).
2. Monopolio K sobre los Medios: Falso. El proyecto establece una reserva del espectro radioeléctrico del 33% para entidades sin fines de lucro. No es cierto que un tercio del espacio sea para el Estado, ya que sólo se le reserva un número determinado de licencias para las provincias y municipios. En cuanto al Estado Nacional, se prevé la asignación de las frecuencias necesarias a fin de cubrir todo el territorio nacional (art. 89 del proyecto). Con el avance inexorable de la tecnología que permitirá incorporar muchas más frecuencias al espectro, en conjunto para los tres niveles del Estado y las universidades nacionales no habrá más de un 10% del total de las licencias. En concreto, cuando la ley se aplique efectivamente, en ningún caso la participación del sector comercial será inferior al 50% del total. Llama especialmente la atención que quienes se horrorizan por la eventual constitución de un monopolio estatal no se asombren de que hoy más del 95% de las licencias estén en poder de personas y entidades con fines de lucro.
3. Desaparición de medios de comunicación: Falso. Lo que el proyecto establece -y ésta es verdaderamente su impronta antimonopólica- es un límite a la cantidad de licencias que puede tener en su poder una misma persona física o jurídica (artículo 45). Dicha norma se inspira en el Principio 12 de la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la Presencia de Monopolios u Oligopolios en la Comunicación Social del año 2004, en donde se señala que los monopolios y oligopolios afectan seriamente el derecho de expresión e información. Lejos de desaparecer, los medios deberán cambiar de titularidad, abriendo así la posibilidad de que ingresen nuevos actores en esta actividad. Los periodistas no perderán su trabajo. Por el contrario, la presencia de más personas y empresas en el mercado permitirá mayores posibilidades laborales para quienes hoy trabajan, y también para los que se encuentran desocupados. Llama la atención la preocupación expresada por las agrupaciones de dueños de medios de comunicación, que contrasta con el absoluto silencio que mantuvieron cuando -por la presión de un monopolio comunicacional- desaparecieron centenares de pequeñas empresas de cable en todo el país. ¿Puede aceptarse que en nombre de la "libre competencia" un solo grupo concentre más del 75% del mercado del cable en la Argentina?
4. Ley del gobierno: Falso. Si bien es cierto que el proyecto de ley nació a partir de una iniciativa del Poder Ejecutivo, pertenece mucho más a la sociedad civil que a éste o al anterior gobierno. En efecto, en 2004 se constituyó la Coalición por una Radiodifusión Democrática -organización integrada por todos los gremios de trabajadores de la Comunicación, de la CGT y CTA, los organismos de defensa de Derechos Humanos, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, las Universidades Nacionales y sus Carreras de Comunicación o Ciencias de la Información o Periodismo, el movimiento Cooperativo, radios comunitarias y de pequeños y medianas empresas y numerosos movimientos sociales- para defender las ideas que, en lo fundamental, recoge el proyecto. Además, si fuera sólo una ley "del gobierno" no se explicaría el acompañamiento de grupos importantes de la oposición -inclusive de uno claramente opositor, como el Partido Socialista-, ni mucho menos el apoyo de la propia Coalición por una Radiodifusión Democrática, que no es, -como tendenciosamente se afirma desde los grandes medios- un agrupamiento "kirchnerista". Finalmente, resulta contradictorio e incomprensible el discurso opositor que critica al gobierno anterior porque supuestamente avaló los monopolios mediáticos y simultáneamente cuestiona a éste por modificar esa política.
5. Habrá que escuchar la música que elija o le guste al Gobierno: Falso. Esta afirmación se escucha en las radios que pertenecen a los multimedios y es absolutamente incorrecta. Lo que el proyecto establece en el artículo 65 es que el 30% de la música emitida debe ser de origen nacional, cualquiera sea el tipo de música que se trate. Esto es importante: no se dice que hay que pasar rock, folklore o algún género en particular. Además, se admite la posibilidad de exceptuar de esta obligación a las emisoras temáticas o dedicadas a colectividades extranjeras. ¿Tan grave o dificultoso resulta pasar un 30% de música nacional? ¿Favorecer la producción nacional de música es una equivocación? ¿Se trata de una "mordaza" a las radios? Este cuestionamiento encierra un debate ideológico y de concepciones de país y sociedad. Si se considera que es lo mismo propalar música nacional que extranjera es porque se sostiene una determinada visión de lo que debe ser el país, lo que no tiene nada de malo. Eso sí, habría que sincerar este aspecto y hablar claro...
6. No hubo debate suficiente: Totalmente falso. Además del debate propiciado desde 2004 por la Coalición por una Radiodifusión Democrática, la iniciativa fue presentada en marzo de este año en La Plata. De allí, recorrió todo el país, en 24 foros totalmente abiertos a cualquier persona e institución. A partir de esas intervenciones, se incorporaron más de 160 modificaciones al proyecto finalmente ingresado al Congreso. Este procedimiento fue expresamente elogiado por Frank La Rue, relator de la ONU en materia de libertad de expresión (puede consultarse el texto de la carta en el sitio http://ar.answers.yahoo.com/question/.
En la Cámara de Diputados, también hubo audiencias públicas, de las que surgió la eliminación de las telefónicas como potenciales titulares de servicios de comunicación audiovisual y la ampliación de cinco a siete de los miembros de la Autoridad de Aplicación, en la cual se redujo la participación del Poder Ejecutivo y se amplió la del Congreso de la Nación. Este tratamiento amplio del proyecto contrasta con otros del pasado no tan lejano, todos de importancia decisiva para el país. Por caso, recuerda Mario Wainfeld la privatización de YPF (1991), la ampliación de la Corte Suprema (1989) y el recorte jubilatorio de De la Rúa (2001), que tuvieron un tratamiento escandaloso y entre "gallos y medianoche". Ni hablar de la ley de Reforma Laboral del 2000, conocida como la ley "Banelco". Otras normas, que le cambiaron -para mal, obviamente- la vida a la inmensa mayoría de los argentinos, fueron decididas directamente por Decreto de Necesidad y Urgencia. Por ejemplo, el corralito anunciado por Cavallo y De la Rúa en el 2001 (Decreto 1570/01). A la luz de estos antecedentes nefastos, ¿se puede seguir diciendo seriamente que no hubo un debate serio y responsable de este proyecto?
7. La prohibición de las redes afectará la libertad de expresión: Falso. Más bien todo lo contrario. El artículo 63 del proyecto admite la "retransmisión" de los contenidos de una emisora en otra, con un límite máximo del 30% de la programación. ¿Qué sentido tiene esta norma? Se trata de lograr dos objetivos fundamentales. En primer lugar, evitar que en lugares del interior del país las radios se limiten a retransmitir emisiones de Buenos Aires u otras ciudades grandes. ¿Qué puede interesarle a un jujeño o tucumano los problemas de tránsito en la Capital Federal? En segundo lugar, se trata de favorecer el trabajo de los periodistas locales, ya que si la emisora sólo retransmite, no hay trabajo para quienes quieren desarrollar su actividad periodística en su lugar de origen y producir contenidos locales. Idéntica previsión contiene el proyecto presentado por la diputada radical Silvana Giudici (artículo 34), hoy férrea opositora al proyecto de ley. Muchos legisladores, comunicadores y dirigentes políticos siempre dispuestos a defender el "federalismo" deberían tener en cuenta estas cuestiones al criticar este aspecto del proyecto de ley...
8. No se puede legislar sobre la comunicación audiovisual: Falso. Esta teoría, explicada por Adolfo Rodríguez Saá en el debate en el Senado, no tiene sustento en la actualidad. Pretende sustentarse en el artículo 32 de la Constitución Nacional, que prohíbe al Congreso dictar leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan sobre ella la jurisdicción federal. Es claro que en la época de la sanción de la Constitución no se utilizaba el espectro radioeléctrico para las comunicaciones, y lo único que podía preverse era la prensa escrita. Cabe aclarar además que el proyecto sancionado en la Cámara de Diputados no regula absolutamente ningún aspecto vinculado a la prensa gráfica. Esta interpretación antojadiza omite tener en cuenta que la reforma constitucional de 1994 incorporó en el artículo 75 inciso 19, entre las atribuciones del Congreso, la de dictar leyes protejan "el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales". La materia audivisual y radiofónica es, indudablemente, competencia federal, y así lo ha ratificado la Corte Suprema en innumerables oportunidades. Puede consultarse en este sentido los siguientes fallos: "COMFER c/ Buenos Aires s/ inconstitucionalidad" (sentencia del 29/4/04), "Río Negro c/ Estado Nacional s/ acción de amparo" (sentencia del 23/12/04) y "COMFER c/ Misiones s/ acción declarativa de inconstitucionalidad" (medida cautelar dictada el 21/3/06), todos ellos en el sitio de internet www.csjn.gov.ar.
Quiero señalar finalmente que la información no es una mercancía. No hay "derecho de propiedad" sobre la información, que es un bien público. La manipulación que se favorece a partir de la constitución de monopolios y oligopolios informativos afectan la libertad de expresión y el derecho a la información de la sociedad en general. Este proyecto -seguramente perfectible, como toda creación humana- avanza en la dirección correcta y por eso merece nuestro apoyo.
(*) Abogado, docente de la Universidad Nacional de Córdoba, asesor del Comité Federal de Radiodifusión.
viernes, 11 de septiembre de 2009
!!!Córdoba se mueve… ¡¡¡ - Sábado 12 de setiembre en Osplad a las 10 hs. - Maipú 146
A todos los cordobeses/as, militantes del campo nacional y popular, los convocamos para este sábado 12 de setiembre a dar continuidad al plenario realizado el 22 de agosto pasado en el local de Osplad.
En la certeza de que el 28 de junio a partir de la experiencia electoral del Frente para la Victoria ha comenzado a reconstruirse el Movimiento Nacional y Popular en nuestra provincia, entendemos que este plenario, del cual participaron 35 organizaciones políticas y sociales y más de 250 dirigentes, es necesario para comenzar a dar forma real y concreta, a la participación efectiva de todos en esta construcción.
Hay que contribuir a conformar y consolidar de una vez por todas el verdadero Frente de todos los sectores políticos, sindicales y sociales cordobeses que acordamos con la necesidad de defender y profundizar los cambios que se han dado en nuestro país en los últimos seis años, y constituirnos definitivamente en una opción de gobierno real en nuestra provincia, para terminar con las 4 décadas de neoliberalismo, incapacidad, corrupción generalizada y el desmantelamiento institucional, que la han fundido y endeudado al punto de no poder dar respuesta a las necesidades básicas de los ciudadanos en salud, educación, seguridad y justicia, en especial de los más necesitados y de los excluidos.
Estamos convencidos de que esta es la oportunidad de arrancar, y que los militantes populares cordobeses deben tener en esa construcción el lugar preponderante que se han ganado en la historia vieja y en la reciente, en función de su permanente esfuerzo en defensa de la democracia y por la verdadera redistribución de la riqueza. Tenemos que incorporar en esta construcción la experiencia acumulada y las convicciones que nos movilizan.
Creemos que es una oportunidad que la militancia no debe dejar pasar. Que debe incorporarse en esta etapa fundacional, ya que los espacios siempre se terminan llenando y entendemos que todos debemos hacer las criticas y aportes que nos permitan contribuir a dar la mejor dirección a este resurgimiento del movimiento nacional y popular en Córdoba.
La Diputada Nacional Electa Carmen Nebreda informará sobre las actividades que se vienen desarrollando desde el primer plenario, en especial las relacionadas con la próxima visita a nuestra provincia, del ex presidente Néstor Kirchner.
También estará presente el Dr. Lucio Garzón Maceda, quien expondrá su visión respecto de la necesidad de asumir el compromiso de la defensa del Proyecto nacional y Popular.
Solicitamos a todas las organizaciones que hayan participado en el anterior plenario y las que deseen incorporarse en éste, que acrediten un representante en la reunión preparatoria en la sede de UTEDYC en Paraná 135 este viernes 11 a las 17 hs, a los fines de refrendar, conforme a lo acordado en el plenario del día 22 de agosto en Osplad, el documento definitivo, y proponer las actividades a seguir por el espacio.
Humberto Vera
Por “Peronismo Cordobés en el Proyecto Nacional”
Cordoba : Documento del plenario de la militancia del 22 de Agosto 2009 en OSPLAD
La reconstrucción de la Nación descansa en un proyecto colectivo
INTRODUCCION
A pocos meses del Bicentenario de la Revolución que en aquel año de 1810 inició el camino de la independencia en América Latina, las ideas de San Martín y Bolívar vuelven a replantearse, de la mano de una fuerte tendencia a la unidad, que permita a nuestras naciones, otrora balcanizadas, por la acción de las grandes potencias extranjeras y sus cómplices internos, resurgir y encarar el siglo XXI con independencia económica, justicia social, salud, educación y bienestar para nuestros pueblos.
Nuestra provincia, centro geográfico del país, ha sido referencia política de propuestas populares en distintas ocasiones: Cuna de la Reforma de 1918, que significó la democratización y apertura de las universidades para los sectores más postergados, sede de importantes empresas del estado nacional como IME, IAME y la Fábrica Militar de Aviones, hoy recuperada por el estado nacional, que contribuyeron a la conformación de un extraordinario polo industrial durante la presidencia del Gral. Perón; también encabezó las luchas por la el retorno a la democracia después de 1955. Así, el movimiento obrero nacional prohijó los programas de Huerta Grande y la Falda y en 1969 fue factor esencial en el estallido de El Cordobazo, junto a las fuerzas progresistas del pueblo que facilitaría el llamado a elecciones de 1973. Las luchas no fueron incruentas, numerosos compañeros cayeron en ellas, defendiendo siempre los ideales de la justicia social, la soberanía económica y política.
El pueblo argentino, luego de la crisis de hegemonía neoliberal expresada en el 2001, y que alumbrara en el 2003 con Néstor Kirchner el camino de la disputa de ese poder hegemónico, tarea continuada por nuestra presidenta, poniendo de nuevo en el centro de la escena política los intereses Nacionales y Populares, inició la dura tarea de reconstrucción del país, devastado por la aplicación del modelo neoliberal en lo económico, social y político que se inició con la dictadura de 1976. Modelo que se caracterizó por la dependencia política de los centros de poder mundial, en particular los organismos financieros internacionales, por la pérdida de la capacidad de definir políticas autónomas en función de las necesidades del pueblo argentino y de un proyecto de liberación nacional.
Los nuevos signos de los tiempos reclaman defender el camino iniciado profundizando el combate a la pobreza, a la exclusión, a la precarización laboral, a la desocupación, al retroceso educativo, a la destrucción de la industria nacional y a las desigualdades que comprometen nuestro futuro.
Las políticas neoliberales, inmersas en un capitalismo salvaje que profundizaron la pobreza y la desigualdad de los pueblos, intentaron someter y destruir los estados nacionales dejando a nuestra patria en un grado importante de indefensión. La clase trabajadora, con sus millones de desocupados y precarizados, es la que sufrió el peor embate. Claro ejemplo de ello es que la participación de los trabajadores en el producto bruto interno pasó del 50 % a principios de la década de 1950 al 20 % en 2001. En 1975 había en nuestro país 22 millones de habitantes y 1,3 millones de personas pobres. Es el momento donde la región atraviesa uno de sus mejores momentos de unidad, que se ha expresado en la constitución de la UNASUR. Y el fortalecimiento de organismos que nacieron solamente con una finalidad económica y que se han ido transformando en un instrumento para el desarrollo de las naciones del sur del continente.
Grandes pasos se han dado en estos tiempos tendientes a lograr una comunicación generada desde esta parte del mundo lo cual se ve plasmado en Telesur , y se avanza en la creación del Banco del Sur , herramienta indispensable para generar el desarrollo. Sin embargo, los grupos de poder internacional no abandonan su afán de dominación. El ALCA fue derrotada en Mar del Plata, pero intentaron provocar una guerra con Ecuador a través de Colombia, invadiendo territorios y asesinando. Luego siguieron con la masacre de campesinos en Bolivia buscando la guerra civil y la secesión de “la medialuna boliviana”. Todos episodios resueltos por primera vez en la historia por los países de la UNASUR sin injerencia de países extraños a la región.
Vivimos en el continente más desigual del mundo. En Argentina siguió aumentando la brecha entre quienes mayores ingresos tienen y quienes menos tienen y eso se ve lamentablemente, no sólo reflejado en los fríos números de las estadísticas, sino cuando caminamos los barrios de las distintas ciudades, donde se puede observar la cantidad de argentinos que no gozan de una vida digna. Por eso para realizar definitivamente el cambio de modelo, es necesario acumular el poder político suficiente que permita enfrentar la alianza de intereses antinacionales locales, con los centros internacionales de poder económico y político.
LOS TRABAJADORES Y LA ORGANIZACIÓN POPULAR
Sin poder político popular, será imposible enfrentar el proyecto antinacional de sumir a la Argentina en la globalización que depreda los pueblos, las culturas y los recursos. El movimiento obrero aporta al cambio de modelo iniciado en el 2003 desde donde se sucedieron: los derechos humanos, la recuperación de la memoria y el castigo a los genocidas como política de estado; la anulación de las leyes de obediencia debida, punto final e indultos; la renovación de la Corte Suprema, la derogación de la Ley Banelco de flexibilización laboral, la estatización del Correo Argentino, Aerolíneas Argentinas y la Fábrica Militar de Aviones; la política previsional de inclusión y la movilidad jubilatoria, la previsión social estatal y eliminación de las AFJP, aumento del presupuesto para educación, la Cumbre de las Américas en Mar del Plata que le dijo no al ALCA: las medidas para enfrentar la crisis internacional; la reducción de la desocupación; las modificaciones a la leyes laborales; el proyecto de ley de medios audiovisuales; la política de integración con Latinoamérica, las retenciones al sector agroexportador; etc.
Hoy los trabajadores organizados, los sectores populares y progresistas, y en especial los excluidos por el neoliberalismo, estamos obligados a no dejar desviar el eje de la discusión central, que es definir los caminos por donde debe transitar nuestro país, que es sin dudas reconstruir el Estado de bienestar, recuperar cada vez más el rol del Estado y de la política como herramienta esencial para producir las transformaciones necesarias. Sobre todo hoy, ante los desafíos que nuestro país debe asumir por imperio de la inédita crisis internacional. El movimiento obrero organizado hoy está ocupando su lugar en la política, la de verdad. La que discute en la mesa donde se puede negociar; no en la que impone, como la de los sectores que responden únicamente a sus intereses, la mesa de enlace, la AEA, UIA , los únicos que aumentaron en los últimos años, acumulando riquezas fabulosas- erigiéndose en dueños de la patria y de sus símbolos. El movimiento obrero organizado junto a los sectores populares y organizaciones sociales del pueblo, se define a favor de la profundización del modelo, siendo consciente que es la alternativa para saldar la deuda social pendiente y acercarnos al modelo estratégico de la solidaridad, la defensa de nuestra cultura, nuestros recursos, de la justicia y la igualdad. Para ello será necesario acumular poder político para modificar la relación de fuerzas frente a los intereses antinacionales locales que pretenden desandar el camino y volver a las recetas del ajuste permanente monitoreadas por el FMI.
El proyecto de país justo, libre y soberano se construye con la participación activa del movimiento obrero y los sectores populares, sin ignorar a nadie y reconociendo a quienes son la base fundamental de la construcción de la riqueza y la garantía de un pleno empleo, salarios dignos, educación, salud y vivienda para todo el pueblo, alejados definitivamente de las recetas con las que se entregaron nuestros recursos naturales, las empresas públicas y la banca estatal. Por eso elegimos a los hombres y mujeres comprometidos con los humildes, con los trabajadores y a los que avala su historia personal. No son individuos, son las políticas que llevarán adelante. Recuperar la política, lejos de su banalización o tergiversación y el valor de las palabras será la tarea fundamental de los representantes de los trabajadores y el pueblo. Solo será posible la construcción de un nuevo modelo social, económico y político, y la reconstrucción del estado, con la participación activa y organizada de los trabajadores. Únicamente así será realidad la justicia social.
La realidad hoy: la restauración conservadora
En el marco de un proceso con dificultades y contradicciones, en el que habíamos logrado avanzar en aspectos importantes que alentaban la posibilidad que el modelo neoliberal de los noventa fuera superado, se produce un fortalecimiento de los sectores beneficiarios de aquella etapa que no están dispuestos a aceptar ninguna medida que cuestione sus privilegios y por el contrario propugnan: - Devaluación de la moneda nacional - Eliminación de las paritarias y congelamiento de los salarios nominales - Fin de los acuerdos de precios y desregulación de los mercados - Disminución de los impuestos a los sectores concentrados del poder económico - Reducción del gasto público. Solo debemos remontarnos unos pocos años atrás, para recordar las consecuencias que tienen sobre los trabajadores y los sectores populares, en especial a los expulsados del sistema, estas políticas económicas: -Alientan un proceso inflacionario de los productos de primera necesidad -Congelan el salario por la eliminación de las paritarias que, sumado al aumento de los precios, conducen a una pulverización del salario reduciendo el poder de compra de los asalariados - Reducen el gasto público-menos salud, menos educación, menos participación del estado en la regularización de los precios de la economía- -Vuelta al FMI y al endeudamiento externo del sector público para sostener un incremento mayor en la rentabilidad de los sectores de poder concentrado de la economía-
En síntesis:
QUIEREN RETOMAR UN MODELO DE CONCENTRACION ECONÓMICA CON EXCLUSIÓN SOCIAL QUE YA PREDOMINO DURANTE LA DECADA DE LOS NOVENTA Y EL MODELO DE CONVERTIBILIDAD.
Esta restauración conservadora tiene su correlato en la realidad política de Latinoamérica, siendo muestra de ello el intento de EE, UU. de instalar bases militares en Colombia, la reactivación de la IV flota de guerra de aquel país y el golpe de estado perpetrado en Honduras. Lo cual constituye un peligro amenazante para los pueblos de esta parte del mundo
EN CORDOBA
En sintonía con esa línea de pensamiento el Gobierno provincial decide y sólo a manera de ejemplo:
Continuar con la rebaja del 30% para todos los contribuyentes sin considerar la capacidad tributaria, negándose reiteradamente a revaluar los inmuebles. –
Condonar la última cuota del impuesto inmobiliario rural del 2008 –
Dejar de percibir 326 millones de pesos en promociones impositivas al sector privado, subsidios a las automotrices y Call Centers.
El análisis breve y sintético de las políticas del gobierno provincial demuestra que es falaz el argumento que no hay plata. Ha resuelto no cobrar impuestos a los sectores que más se enriquecieron en los últimos años y descargar el pesa de esa decisión sobre los salarios de los trabajadores dependientes del estado provincial y afectando de un modo creciente la calidad de los servicios públicos. En este escenario difícil de la realidad cordobesa, nos proponemos: Exigir al Estado Provincial que asuma su rol de garante del funcionamiento de los servicios públicos, como son la educación, la salud, la justicia, el transporte, el agua, las comunicaciones, la seguridad social, etc. Por esto proponemos actuar organizadamente contra el deterioro de los servicios esenciales para el pueblo de Córdoba, en especial de los más desprotegidos.
POR ELLO Nos organizaremos junto a los sectores populares en defensa de la dignificación del trabajo y del salario. Lucharemos y reclamaremos con unidad y organización los derechos salariales, sociales, laborales y sociales, vinculándolas a las demandas del conjunto del pueblo de Córdoba, junto a todas sus organizaciones que lo expresan hoy.
Definimos:
LA PERTENENCIA AL FRENTE PARA LA VICTORIA BUSCANDO SU FORTALECIMIENTO Y DESARROLLO.
LA EDUCACION COMO DERECHO SOCIAL Y NO COMO UNA MERCANCIA
LA SALUD COMO UN DERECHO UNIVERSAL
ROL DEL ESTADO COMO PROMOTOR Y ARTICULADOR DE POLITICAS SOCIALES INCLUSIVAS.
CONVOCAR A UN NUEVO ENCUENTRO DONDE SE FORMALIZARÁ EL DOCUMENTO DEBATIDO.
lunes, 24 de agosto de 2009
El Verdadero Lole
En diálogo con Página/12, la ex aliada de Reutemann contó que las diferencias entre ambos comenzaron cuando ella rechazó las expresiones golpistas de sectores ruralistas: “Reutemann me dijo ‘dejate de declarar eso, que los Kirchner se vayan cuando se tengan que ir’”.
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Casi 20 años duró la alianza entre Reutemann y Latorre. El divorcio se formalizó cuando ella firmó un despacho de mayoría.
“A lo largo de toda su trayectoria, Carlos Reutemann hizo una carrera unipersonal, usando a la gente y tirándola en la banquina”, disparó ante Página/12 la senadora Roxana Latorre, hasta hace pocos días aliada dilecta del ex gobernador de Santa Fe. Y dijo más aún. Confirmó que el mismo Reutemann la llamó para pedirle que deje su banca, para la que acaba de ser reelecta: “El sábado me llamó por teléfono para pedirme que renuncie y me amenazó. Me dijo que la iba a pasar muy mal en la provincia si no renunciaba”. El sorpresivo divorcio político entre ambos senadores del PJ se desató la semana pasada, después de que Latorre firmara un dictamen de mayoría en el Senado, pero la relación ya había comenzado a resquebrajarse un mes antes. En una entrevista, la senadora había dicho que “sería catastrófico para la Argentina que se haga realidad lo que algunos sectores agitan, la entrega anticipada del poder”. “Ahí Reutemann me llamó y me dijo ‘dejate de declarar eso, que los Kirchner se vayan cuando se tengan que ir’”, confió Latorre.
“Estoy en el corazón de una feroz operación de prensa encabezada por Reutemann”, denunció la senadora. Esa “operación” habría buscado despegar al ex corredor de Fórmula 1 de la firma que Latorre estampó “en total disidencia” en el dictamen que permitió el tratamiento y la aprobación de la prórroga de las facultades delegadas al Poder Ejecutivo. Tras la votación del jueves pasado en el Senado, la oposición había salido al unísono a pedir la cabeza de la legisladora, desde el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, hasta el senador socialista de Santa Fe, Rubén Giustiniani, pasando por el número uno de la UCR, Gerardo Morales, y el presidente del PJ provincial, Ricardo Spinozzi.
Rápido de reflejos, Reutemann decidió tomar distancia de su histórica aliada y anunció su expulsión del bloque Santa Fe Federal, que conformaban, apenas, ellos dos. Sin embargo, esta reacción no llegó cuando el ex gobernador se enteró de la firma de Latorre en el dictamen (algo de lo que estaba informado desde el lunes, según consta en medios locales), sino recién cuando comenzó a crecer el tsunami de críticas hacia la senadora: Latorre es la moneda de cambio que presentó Reutemann para sortear un paso en falso que amenazaba con complicar sus ambiciones presidenciales.
“Todos se aprovecharon de un error involuntario y hacen leña del árbol caído. Pero al frente de la operación está él, que está aconsejado por la mujer y la hija, que no entienden un carajo de política”, se despachó Latorre. Estos días, en el perfil de Facebook de Verónica Ghío, la esposa de Reutemann, podía leerse una consigna: “R.L. out”. Las iniciales, por supuesto, se referían a Roxana Latorre.
“El sábado (Reutemann) me llamó por teléfono para pedirme que renuncie a la banca y me amenazó. Me dijo que la iba a pasar muy mal en la provincia si no renunciaba”, relató la legisladora. “Yo no voy a renunciar. La única manera de que deje la banca es si me destituye el mismo Senado –se plantó–. Si Reutemann quiere, que renuncie él.”
El matrimonio político duró casi veinte años y se fue a pique en pocos días. Sin embargo, las fisuras, invisibles desde afuera, venían desde hace un tiempo, cuando Latorre comenzó a denunciar los ánimos golpistas de ciertos sectores del campo. “Ahí Reutemann me llamó y me dijo ‘dejate de declarar eso, que los Kirchner se vayan cuando se tengan que ir’”, contó la senadora justicialista.
–¿Ahí fue que comenzaron sus diferencias?
–Claro, yo planteo la defensa irrestricta de la Presidencia, sea quien sea el que ocupe el cargo, y él me pide que no declare más eso. El campo quiere tumbar a Cristina. Y yo, aunque fui y voy a seguir siendo opositora, no lo puedo dejar pasar. Voy a seguir defendiendo los intereses del campo, porque ésa es la idiosincrasia de mi provincia, pero antes que nada están las instituciones.
–¿Reutemann le pidió la renuncia porque usted no obedeció sus instrucciones?
–No. Yo no soy una figura boluda que pone la firma. El no conoce de técnica legislativa, él es un personaje de alto perfil político, pero el trabajo legislativo lo hacía yo. Nunca me decía cómo votar, si no conoce la interna del Parlamento. El está para otras cosas. Y ahora tenía que despegarse de las críticas y por eso quiso tirarme a la banquina.
–Desde el PJ santafesino señalan que el escaño les corresponde a ellos, y no a usted, y por eso piden su renuncia...
–A mí el PJ de la provincia no me quiere, nunca me quiso. Y aun así Reutemann me puso en la lista. Si bien es cierto que hice mi carrera de la mano de él, que no se crea que todos los votos de junio son suyos. Si él me puso ahí es porque para algo le servía. Y no soy una más de los que tiró en la banquina, a lo largo de su trayectoria hizo una carrera unipersonal tirando gente a la banquina. Pero yo no me voy a quedar ahí. Como bloque unipersonal, formo parte del interbloque Federal, de quienes he recibido todo el apoyo y la solidaridad, así que seguiré trabajando desde ese lugar.
–¿Cómo responde a las acusaciones de Giustiniani, que dijo que usted se “borocotizó”?
–La oposición no se hace cargo de sus errores y por eso aprovechan la volada para llevar agua a su molino. Pero si se fijan, cuando se llevó el proyecto al recinto yo voté negativamente, y Reutemann en esa misma sesión se quedó en su despacho y no votó, ni en contra de los superpoderes ni por la ley de emergencia agropecuaria (ver aparte).
–¿Se siente responsable de que el Gobierno haya prorrogado las delegaciones de poderes?
–Mirado con el diario del lunes, quizá no debería haber firmado nada, pero era una pelea que se había perdido antes. Concretamente cuando el campo, que se cree que es gobierno, no juntó los votos necesarios, como sí pasó con la 125. En cualquier escenario, esa ley iba a ser votada. Hubo una torpeza administrativa del secretario de la comisión, que no fue a buscar la firma del senador pampeano Rubén Marín. Con la firma de Marín les alcanzaba. Y en el peor de los casos, el oficialismo iba a pedir una sesión especial.
Informe: Nicolás Lantos.
Link a la nota:
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domingo, 23 de agosto de 2009
Carta Abierta Nº 6
No somos mujeres y hombres del escándalo, nuestras conciencias no son saltimbanquis de la alarma. Al contrario: los hechos graves como el de la pobreza de amplios sectores de la población nos atañen. La pobreza atañe al fondo último de nuestros compromisos, la idea de igualdad, nuestras antiguas y recientes militancias. Nos compete, nos atraviesa. Por eso podemos decir: no nos escandaliza. El escándalo es gesto espectacular y ademán avieso. El rostro de los pobres se vuelve superficie de inscripción de llamados evangélicos, sacralidades disponibles, obsceno plano televisivo y objeto de malversación política. Nos atañen tanto las vidas dañadas por la miseria como su circulación en un imaginario que las despoja de creación, potencia y libertad.
Un presidente que desguazó las anteriores tramas sociales pudo decir “pobres habrá siempre” mientras creaba las condiciones para un inédito hundimiento de los salarios y los empleos. La conmoción del 2001 hizo visibles a contingentes de desocupados que habían encontrado en su exclusión el ímpetu para un descubrimiento de sus propias facultades organizativas y políticas. El gobierno iniciado en 2003 pensó al trabajo como una vía de recuperación de la dignidad para los desposeídos. Expansión del empleo y paritarias fueron las llaves precisas y, a la vez, el horizonte deseado. Detenido el ciclo, en la tormenta del mundo, la pobreza se hizo tópico de lo irresuelto. También, núcleo rutilante de una confrontación que es necesario deshojar.
En una iglesia de Liniers, en los palacios vaticanos, en los palcos ruralistas y en los grandes medios se agitan hilos que provienen del mismo ovillo. Ovillo que es idea: es posible aunar la mayor riqueza –dada por la propiedad privada de ciertos recursos- con la asistencia caritativa a los más pobres. Campo y Cáritas. Soja y comedor popular. Para que ese enlace sea fructífero y económico debe prescindir de lo que es visto como poder coercitivo y expoliador: el Estado. Y también del enlace de la cuestión de la pobreza con los temas de la justicia y la igualdad. Pobres habrá siempre, para atenderlos está Cáritas. La limosna es la vía celeste para unos y la sobrevivencia menoscabada para otros. Contra ella es necesario volver a situar la defensa de lo público, el engarce de la cuestión social con otros modos de la justicia y la apuesta no a la victimización de lo popular sino a su recreación política.
¿La justicia pendiente del presente no está ligada a la justicia respecto de un pasado criminal? ¿No está la deuda social impaga vinculada a una renovada reflexión sobre las condiciones de una redistribución del ingreso que afecte no sólo a los trabajadores en blanco? ¿Es posible encarar medidas imprescindibles, como un plan orientado a la resolución de las necesidades alimentarias de la población, que tenga alcance nacional y solidez nutricional, sin herramientas impositivas y recaudatorias? Sin retenciones hay limosna. Con retenciones: debate público y politización.
Decir eso suena a mala palabra: ¡quiénes son los extraviados que en el contexto de un ataque masivo a la política reclaman mayor politización! Nosotros: en la intersección, ya lo decimos, de Defensa e Independencia. En otras esquinas priman otros tonos: la indignación y la sospecha. El hombre típico de Corrientes y Esmeralda es hoy alguien que sospecha. Alguien que ve, tras los discursos y los valores de la política, una razón oscura que sería su verdadero sentido. Una razón material, crematística, que funcionaría como hilo explicativo de toda conducta pública. ¡Quién les paga!, es el grito de guerra en una Argentina con una larga devastación de las conductas políticas. Contemporáneo a ese sentimiento está el de la indignación, el ademán del usuario enojado, del ciudadano reclamante, del movilero agitado en persecuciones varias, del periodista de piso que frunce el ceño. ¡Hasta cuándo!, resuena como eco. Entre la sospecha y la indignación se sumerge la vida política del país. Quizás el ejemplo más claro de esto es la mutación de la condición del lector en gritón de los diarios digitales: ya no es el que acude a un encuentro con lo desconocido -que le exige no poca disposición amorosa para comprender- sino el que lee como excusa para el rezongo o la suspicacia insidiosa. Es el rumor mismo, la pasión arraigada en los subsuelos de los modos de vida que agrieta los cimientos mismos de lo público. Alimentados por una larga historia de desalientos y exacciones. Recreados como fábula moral en las usinas mediáticas. La nueva derecha vive en esos relatos y hace de ellos santo y seña.
Hoy esos ríos profundos de la vida contemporánea minan las bases de la gobernabilidad. Lo hacen ahora con el gobierno nacional. Lo harán luego contra otras representaciones. Lo que en su momento llamamos destituyente es eso: una articulación y un impulso, una organización de sentimientos difusos para dirigirlos, sin pausa y sin errancia, contra un objetivo determinado. Por eso los jefes de ese movimiento no son hombres de la política, aunque ellos pretendan usufructuar sus resultados inmediatos. En el fondo se intuyen las futuras víctimas si no logran pactar con ese sordo rumor. Nadie es creíble, nadie está firme. Parecen a salvo aquellos que se escudan en el reconocimiento directo de las razones mercantiles: los que declaman sus historias empresarias, los que piensan la política como un momento más de la expansión de los negocios. Bajo sospecha quedan aquellos que intentan recurrir a los discursos ideológicos o a las tradiciones políticas. Los que confiesan se convierten en testigos protegidos del juicio al entero sistema partidario.
¿Puede reconstituirse lo público en un tembladeral animado por esas fuerzas sentimentales y anímicas? ¿Puede reconstituirse lo público amenazado por la sensibilidad del miedo, la sospecha y la indignación? ¿Qué política podrá sustraerse de esa atmósfera en la que se reclama el reino desembozado de los intereses privados, porque finalmente serían los únicos sinceros?
Una elección parlamentaria ha transcurrido hace algunas semanas. Los resultados fueron adversos para el proyecto que desde estas cartas acompañamos. En cierto sentido, las advertencias que recorrían los escritos anteriores fueron confirmadas: crecieron electoralmente los adalides de la restauración conservadora, fueron ungidos los que debaten en sus gabinetes cerrados si apurar el paso hasta la caída o dejar llegar las cosas –el gobierno exánime- hasta el 2011. El triunfo de Unión Pro en la provincia de Buenos Aires, con un candidato que exhibe como méritos una caudalosa fortuna y destrezas televisivas, pone en evidencia la articulación política de los rasgos profundos de la época: el llamado a la desnuda presencia de las razones mercantiles como latir vital de la actividad pública y la mediatización de la política, convertida en mero apéndice de ficciones publicitarias que toman inspiraciones épicas –en una época que sin embargo pretenden disciplinada por las grandes fuerzas corporativas económicas- y se basan en idealizaciones de la vida popular –cuando estamos en un tiempo en que lo popular resiste dificultosamente la segmentación brutal de las experiencias colectivas-. Esos rasgos no los inventó la derecha. A lo sumo, sus políticos y publicistas son los que más descarnadamente, sin culpa y sin velos, los incorporan y expanden y por ello pueden recibir los mejores dividendos. Los que se mueven como peces en el agua en la sociedad del espectáculo.
La elección de junio hizo visible la debilidad en la construcción de otra escena para la política. De una escena en la que las fuerzas provengan de la militancia popular y no de las mediciones de rating, en la que los candidatos y funcionarios se elijan menos por la opinión pública y más por sus compromisos persistentes, en la que los diálogos tengan menos de representación de roles que de apertura a problemas, en la que el voto se dirima por la defensa de las condiciones reales de vida y no por la presión de los conjurados mediáticos. ¿No serían éstos menos eficaces en su monserga destituyente si estuvieran menos impagas las deudas sociales? Al gobierno lo atacan los jefes agromediáticos por sus aciertos y no por sus errores. Pero en las urnas perdió también por sus traspiés, sus titubeos, sus debilidades. En manos de un electorado que parece más tomado por el desánimo o la apatía que por el entusiasta abrazo a las consignas de derecha.
La restauración conservadora está en curso y en ella se unifican poderes corporativos –el empresariado nucleado en AEA, la airada mesa de enlace, el bloque mediático y algunos políticos-. Sin embargo no puede pavonearse de legitimidad por el resultado electoral. Porque no está mellada la capacidad gubernamental y porque en los cuartos oscuros también fueron ungidas representaciones parlamentarias que arrojan a la escena problemas necesarios de ser tratados en pos de una sociedad más equitativa y justa.
Si el proceso abierto en el 2003 estuviera cerrado, si sólo quedase la organización de una retirada ordenada, el gesto de la crítica sería intento de autoexclusión de la derrota. Una precaria salvación. Por el contrario, si hay que mencionar errores es en función de otra hipótesis: la de que hay un núcleo de valores fundamentales de este proceso que es necesario no sólo defender sino expandir en los próximos dos años. Y que se defienden y se expanden si hay capacidad de reinventar a la vez políticas de gobierno y de impulso de las autónomas voluntades militantes. Si hay capacidad de pensar como interlocutores no a las corporaciones con sus poderes de veto y sus agitadas amenazas sino a los argentinos de a pie: a esos que tienen el poder de su reunión, su fuerza y su voluntad.
Las urnas hablaron, pero su mensaje no tiene por qué ser aquel que los personeros de la destitución creen escuchar. Al contrario, muchos leyeron en ellas el llamado a un activismo renovado, capaz de procurar ámbitos de encuentro, creación de ideas en común, imaginativas defensas de lo público. En algunos lugares el nombre de Carta abierta bautizó esas experiencias que cavan el presente no sólo para atrincherarse en la prioritaria defensa de un gobierno legítimo sino también para encontrar los destellos de una política renacida. En muchas ciudades los hombres se reúnen en Defensa e Independencia. Quizás porque esa esquina siempre esté en el núcleo más íntimo de nuestras búsquedas.
No venimos aquí, al púlpito de la esquina, a presentar la cartilla para la reconstrucción de una militancia popular. Por el contrario: venimos a decir que estamos perplejos y asombrados. Que a la vez que hay indicios de la posibilidad cierta de una catástrofe conservadora hay un énfasis del gobierno en no retroceder en sus decisiones fundamentales y los hay también de una múltiple voluntad colectiva. Podríamos decir: falta la construcción. Nos privamos de hacerlo, para que quede el vacío ruidoso de aquello que no sabemos ni qué sería ni cómo se hace. Apenas intuimos, y que valga como susurro, que mucho de pasión por el presente, de donación a los entusiasmos de lo que viene y de renuncia a las rigideces del pasado, serán actitudes necesarias.
¿Estamos pidiendo más a un gobierno cuya existencia está, sin dudas, amenazada? ¿Estamos concurriendo a la conjura de las exigencias que pueden alterar la vida institucional? ¿Es tiempo de solicitar, una vez más, profundización de los cambios, o sólo se trata de apegarnos a los hechos, a un realismo de la continuidad, para evitar lo peor: la desestabilización, el ascenso brusco de las derechas, el triunfo de las más radicales presiones corporativas, el escenario hondureño? El gobierno está sitiado. Por una confluencia que quizás nadie pueda detener. En el sitio conjuga gestos defensivos, audacias inesperadas y perseverantes compromisos. Entre estos últimos, la actitud de condena frente al golpe en Honduras ante la indiferencia de muchos e incluso la crítica obtusa ante la decisión de la Presidenta de ir al lugar de los hechos para dejar claro que la recuperación democrática en ese país no sólo reclama la acción de las cancillerías o de las instancias diplomáticas internacionales. Honduras nos atañe. Habla de nosotros. Como Argentina habla de Bolivia. Y Bolivia de Venezuela. Y Venezuela de Ecuador. Destinos cruzados y necesidades mutuas en un contexto signado por la expansión de la presencia estadounidense en Colombia de un modo que remeda, amenazante, las viejas prácticas imperiales.
En cuanto a la actitud que el gobierno de Cristina Fernández debiera tener en esta situación amenazada, algunos prescriben concesiones ante grupos de presión; otros la defensa de las políticas económicas sostenidas. Si solicitamos más, es porque consideramos que esa defensa sólo puede desplegarse sobre la constitución de un horizonte político, sobre el hallazgo colectivo de un proyecto que exceda y desborde la actualidad, sobre el sueño común de reinvención de lo público. Sin esa dimensión utópica, sin esa perspectiva que reinscriba los hechos cotidianos en un relato que los excede y potencia, no hay renovación de las posibilidades gubernamentales pero tampoco de las políticas populares. La idea de cambio fue, publicitariamente, capturada por las derechas mientras el gobierno hizo campañas de reivindicación de lo hecho. Pero la política no es el cierre sobre el presente, salvo que se resigne a devenir administración de lo dado. Es desde las fuerzas que efectivamente han transformado mucho en este país y en estos años, desde las fuerzas que han puesto en discusión razones profundas de la transformación social, que se debe recuperar la invocación al cambio. El llamado a la construcción de una sociedad emancipada de sus grilletes y reparadora de sus injusticias.
Se hizo, es cierto. Defendemos lo hecho. Pero lo que pende es fundamental: la reposición de las instituciones estatales en las condiciones de producción contemporáneas, el planteo de un sistema impositivo que tenga un carácter progresivo o desplegar nuevas regulaciones al capital financiero, son algunas. Otras ya las hemos mencionado. Insistimos: no como gestores de un balance de una empresa en quiebra. Sino como trabajadores de su recuperación. La nación está en juego. Y las vísperas del bicentenario podrían ser ocasión de una apuesta imaginativa que desborde los fastos conmemorativos y los rituales previsibles. De una apuesta que incluya los temas postergados de la emancipación, como la relación entre la nación y las comunidades culturales y étnicas que la precedieron. La reivindicación de los pueblos originarios presupone una profunda invitación a poner en cuestión los fundamentos culturales que nos cobijan, no para abandonar los que nos son comunes sino para que nos sean comunes los que surjan de nuevas revisiones históricas.
La idea de que es necesario reabrir las posibilidades de la historia, no puede escindirse de la emergencia renovada de organizaciones populares. ¿A quién le habla el gobierno cuando habla?, es una pregunta que si notoriamente está vinculada con los estilos comunicacionales dice también sobre cuestiones estratégicas. Porque a la escena de las presiones de las corporaciones patronales sólo se la combate con una escena de escucha y conversación con los partidos políticos populares y con los movimientos sociales. Y a la escena de los titiriteros mediáticos se la confronta no sólo con medios públicos -que son necesarios-, no sólo con la democratización que supone una ley de servicios audiovisuales -que es urgente e imprescindible-, sino también con una escena política autonomizada de la lógica mediática. Incluso, la que ocurra en los esfuerzos últimos que realicemos para que nuestra propia conciencia vuelva a albergar la noción básica de autonomía crítica, ética de convicción y templadas responsabilidades para reconstruir un sentido de verdad ante las derechas que en el vaciadero de los conceptos, se revisten con los viejos temas de las izquierdas. No es que las ideologías hayan desaparecido, sino que se las modula como una más de las mercancías que se le ofrecen al consumidor.
Alguna vez dijimos que a las acciones de este gobierno, incluso a algunas de las más relevantes, les faltaba lo previo: una cierta elaboración en la cual se inscribieran con la fuerza necesaria, pero también su enhebramiento con un entramado de voluntades y activismo, capaz de proponer temas, de situar problemas, de hacer y defender políticas. No se trata sólo del horizonte político futuro. Incluso la institucionalidad gubernamental requiere, para sustentarse sin graves cesiones a los poderes corporativos -que encuentran hoy en el empresariado más concentrado un programa completo de transformación de la economía argentina- , de una revitalización de las organizaciones populares.
Eso que falta es necesario para preservar los aspectos más profundos y relevantes de estos años. Para preservar y expandir la política de derechos humanos; la integración regional; los derechos laborales; decisiones soberanas respecto de los organismos financieros internacionales; instituciones de defensa alejadas de las doctrinas de la represión; la inversión de recursos en ciencia y técnica. Preservar y expandir es, también, ir más allá de una concepción economicista que sitúa al crecimiento como estrategia rectora última. La crisis mundial dejó interrumpido ese camino de expansión de la inversión, empleo y mercado interno. La idea de distribución de la riqueza vino asociada no sólo a un retintineo promisorio sino a la efectiva reactivación de la economía. La crisis afecta ese despliegue, que quizás tenía núcleos internos que lo volvían ciego ante ciertas situaciones de exclusión y desigualdad social.
El debate sobre las asignaciones familiares a trabajadores informales o a desocupados, la idea de ingreso universal de ciudadanía, los planes diferenciados para atender situaciones de pobreza, fue postergado en función de una perspectiva economicista. La ausencia de políticas reparatorias que atenuaran las desigualdades dentro del interior del mundo laboral, aligeró como palabras al viento aquellas que nombraban las efectivas medidas de justicia existentes. ¿No tuvieron relación los resultados electorales con esa ausencia? Porque no hay metáfora más errónea que la de traición, que supone a los votantes como seres arrastrados a una decisión cuyo sentido ignoran. Hay, en todo caso, un disgusto, una necesidad, una crítica, que benefició, especialmente, a los dirigentes surgidos de las falanges restauradoras y los gabinetes fantochescos que inventan políticos por encargo. Lamentamos esa decisión emanada de las urnas. Pero no serán las explicaciones consoladoras las que permitan revertirla.
La reversión es posible, pero requiere un modo novedoso de tratar lo público. De volver a considerar lo público. Está en juego eso en la política nacional pero también en la ciudad de Buenos Aires, en esta ciudad con sus plazas en las que se leen estas cartas, con sus edificios sanitarios amenazados por operaciones inmobiliarias, con sus parapoliciales que desalojan espacios comunitarios, con sus jefes de policía que surgen de las más tenebrosas historias de encubrimientos y exacciones. Medidas que pretenden hacer campo raso de lo heterogéneo y de la ciudad laboratorio de la nueva derecha. Nuestra calle, aquí, es Resistencia.
El jefe de gobierno de esta ciudad es un empresario. Como tal parece menos enjuiciable que los hombres de la política. Ante el banquillo del juicio que la sociedad mediática encara, se lo presume inocente. Quizás no del todo, pero sí más que aquellos que hablan más de política que de negocios. Por eso, puede reírse de las combinaciones entre tintorerías y prostíbulos en los barrios pobres de la ciudad. Ha ordenado desalojar huertas y expulsar hombres y mujeres sin techo. Ha burlado a los docentes y a los trabajadores de la salud. Ha imaginado desalojar los antiguos neurosiquiátricos, menos por un libertarismo antimanicomial que por la valorización de los terrenos. Ha nombrado un jefe de policía en cuyo nombre se anuncia la acentuación de estrategias represivas y de funcionamientos corruptos. Perdiendo votos, sin embargo ha ganado las elecciones. Quizás porque en figuras así se condensan las fuerzas anímicas del miedo, la sospecha y la indignación.
No es un problema de los porteños. En Nueva York le pagan a los desocupados un pasaje de ida para privar de su miseria a la ciudad. Pero esta es nuestra ciudad: en ella debemos disputar cada esquina, cada barrio, cada discurso y cada idea. Contra esa articulación reaccionaria, es necesario situar una agenda de recuperación de lo público: del espacio, de las conversaciones, de las políticas, de las instituciones, de los recursos naturales, de las facultades humanas. El mercado, sabemos, es capaz de apropiarse y gestionar todo eso, bajo la lógica de la ganancia y el rendimiento comercial. Y hay políticas estatales que se subordinan a la obediencia de esa lógica. Incluso, algunas políticas nacionales, como la que regula la minería, en la que prima la explotación inmediata antes que el resguardo de los derechos comunitarios. Recuperar lo público es poner en cuestión esos criterios, situarlos en el marco de una discusión que no debe aceptar para sí los límites de lo ya dado, sino que debe constituir el horizonte utópico y realizable de lo porvenir.
Hay mucho que preservar y hay mucho por hacer. Aunque minado por la sospecha y la indignación existe un terreno en el que eso se dirime: la política. Las diversas tradiciones ideológicas que han puesto el acento en lo popular y sus potencias tienen ante sí un desafío mayúsculo: el de considerar su confluencia sin exclusiones, su situación sin mezquindades y el futuro con inédita imaginación.
Aquí en esta esquina somos una suerte de conjurados. En defensa de un conjunto de políticas desplegadas desde el 2003 y del derecho del gobierno a perseverar en ese camino y con la independencia de criterio que nos dan nuestras propias experiencias, valores, ideas. Nuestro llamado al coraje colectivo contra el operativo derrumbe no resuena en el eco de los espacios vacíos. Al contrario, rebota en los cuerpos, se ahínca en los sueños, se intercambia en la reflexión común. Por eso creemos que no se puede hablar de derrota ni de victoria ni nos está dado el tono de la certeza. Sí saber que lo que sucede nos atañe. Y por eso no nos escandaliza.
miércoles, 5 de agosto de 2009
Debate post electoral: Agrupación Envar El Kadri del Peronismo Revolucionario
Plenario Agr. Envar El Kadri.
PERONISMO REVOLUCIONARIO
Domingo 12 de julio de 2009
Análisis del resultado electoral del 28 de junio pasado.
Una serie de factores confluyeron para que las listas del oficialismo fueran derrotadas en varios distritos del país y, fundamentalmente, en la provincia de Bs. As.
La feroz oposición de las patronales agrarias a la resolución 125 que, con el apoyo de los grandes medios de difusión, generaron un clima destituyente, con desabastecimiento e inflación, y sumado a esto, de parte del gobierno, una subestimación del oponente, lo que le ocasionó un enorme desgaste a la Presidenta a poco más de dos meses de asumir.
La figura de Francisco De Narváez logró, en parte, reconstituir la alianza de clases gestada por el menemismo en la que los sectores populares votan por sus enemigos; esto quedó evidenciado en el alto porcentaje de votos obtenidos en el conurbano bonaerense.
La decisión del ex presidente Kirchner de asumir la titularidad del PJ, que desde nuestra Agrupación cuestionamos desde el primer momento, con el argumento de controlar el aparato electoral resultó un fracaso ya que, más allá de los diferentes análisis matemáticos que circularon en los últimos días, lo cierto es que en varios municipios de la Pcia. de Bs. As. ése aparato no jugó a favor, o directamente jugó en contra, y en la Capital Federal, donde fue más notorio aún, el candidato explícitamente propuesto por el PJ no participó de un solo acto de campaña.
Contra la Antigua consigna vandorista “para salvar a Perón hay que estar contra Perón”, los denominados “Barones del conurbano”, mas Schiaretti, Reutemann, Das Neves, Massa, y otros “destacados” del Partido Justicialista, acuñaron la más moderna “para salvar nuestros negocios y la estructura del PJ hay que estar contra Kirchner”.
Aquí citamos a un gran pensador nacional y militante popular: "Hay que actuar en dirigente revolucionario y no en dirigente electoral, porque se trata de la disputa del poder”. …“Por cuidar los votos, ellos se quedaron parados y cuando se dieron cuenta, los votos se habían ido. No importa donde están los votos ahora. Importa dónde estarán para ejecutar un programa…”. Carta de Arturo Jauretche a Amílcar Vertullo, 03/07/1959.
La crisis económico financiera mundial que causó estragos en EEUU y Europa, en nuestro país no impactó con tal magnitud pero generó una fuerte desaceleración de la economía que se tradujo en una importante reducción del margen de maniobra del gobierno y en despidos y suspensiones “preventivos” por parte de varias empresas. También debemos señalar un insuficiente y desarticulado apoyo a la pequeña y mediana industria al igual que a los realmente pequeños productores agropecuarios, las empresas recuperadas, la economía familiar, las cooperativas etc..
Con respecto a la Ciudad de Buenos Aires el casi 12% obtenido por el Encuentro Popular para la Victoria constituye un núcleo duro de votos desde el cual construir una alternativa popular en la Capital Federal, teniendo en cuenta la complejidad del distrito en el que las cuestiones nacionales siempre tienen una gran influencia.
El excelente resultado obtenido por Pino Solanas, relegando al tercer lugar a Elisa Carrió, y sepultando sus aspiraciones presidenciales, sumado a la importante pérdida de votos del macrismo, que apenas ha logrado retener la primera minoría en la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires (al no poder incorporar nuevos legisladores), nos augura un 2011 favorable en nuestra Ciudad.
Es de destacar la gran elección realizada en la Provincia de Buenos Aires por el Nuevo Encuentro liderado por Martín Sabbatella, a quien apoyamos, que con absoluta autonomía e independencia y sin ceder a las presiones para que adopte una postura claramente opositora, obtuvo dos bancas de diputados nacionales.
Ha sido muy grande la despolitización, e incluso la antipolítica, y las fuerzas populares no hemos podido revertir esa tendencia que afecta principalmente a los sectores mas jóvenes del pueblo. El “son todos lo mismo” sigue siendo un latiguillo demasiado extendido. La relación entre política y calidad de vida de la mayoría, sigue estando ausente en demasiados hogares argentinos.
Esos son terrenos donde siempre gana la derecha, e incluso, a través de sus poderosos medios, los promociona. Sobretodo cuando no tiene recambios confiables para sus proyectos antipopulares. La salida a la crisis del 2001, donde los “vientos” de las asambleas populares parecían modificar esta tendencia, y luego la llegada de Néstor Kirchner cambiando el rumbo neoliberal, solo parecen ser una excepción.
Entre 2003 y 2007 hubo una importante disminución de la desocupación y de los trabajadores sin registrar (en negro). La recuperación salarial fue clara, pero insuficiente. Se revivió aquella eterna lucha entre los salarios y los precios, y si bien el gobierno logró controlar parcialmente esta carrera en beneficio del pueblo, esto fue a un alto costo político.
En materia de políticas sociales directas se debe instrumentar un mecanismo para que la asistencia llegue a los más necesitados sin interferencias. Actualmente estas se pierden en una maraña burocrática y de clientelismo, y se convierten así en instrumento del poder de la vieja política. En esto se debe dar mucho mayor protagonismo a las organizaciones sociales mas serias.
También hubo importantes avances en educación, salud y vivienda; pero esto no se tradujo en una transformación sustancial en la distribución de la riqueza a favor de los mas necesitados, ni tampoco en la desconcentración de la economía, que sigue estando en pocas manos.
A partir del nuevo gobierno de Cristina, electo en 2007, que fue presentado bajo la consigna de profundizar el cambio, pero que se sustentaba en alianzas electorales que no compartimos (con un radical K como vicepresidente), el proceso parecía estancarse.
En el debate del conjunto de nuestros compañeros, decidimos seguir apoyando, por considerar que era el único espacio que, desde el 2003 y hasta la actualidad, viene implementando medidas que consideramos indispensable sostener, profundizar y debatir con todos y cada uno de los ámbitos del campo popular..
En el medio de estas discusiones estalló el conflicto con los terratenientes, y aún así, posteriormente, el gobierno logró imponer algunas importantes conquistas. Se recuperaron las cajas de jubilaciones para el Estado, también la línea aérea de bandera (Aerolíneas Argentinas), el área Material Córdoba (ex Lockheed), el Astillero Tandanor (Talleres Navales Dársena Norte), se ubicaron las paritarias como fuerte y único ámbito para las negociaciones salariales, y se logró instalar la discusión de una nueva ley de servicios audiovisuales.
Pero, las cartas ya estaban echadas, y se pusieron de manifiesto los límites de una política que intentó una mejora sustancial para el conjunto del pueblo, y una cierta independencia económica, sin tener en cuenta que esas realizaciones iban a ser confrontadas fuertemente por la oligarquía, que era esencialmente la misma de siempre. Es decir con el viejo modelo hambreador de producción primaria, basado en la agro-exportación, sin trabajadores ni progreso social.
Y esos límites se expresaron en una falta de evaluación correcta de los recursos desestabilizadores de ese enemigo oligárquico, las transformaciones económicas y sociales producidas en su interior, y su renovada masa social de maniobra. Y de, quizás lo mas importante, cuales son las herramientas de construcción popular necesarias para enfrentarlo y dar esa pelea fundamental para el destino de la Patria.
Todo lo mencionado no nos tapa el bosque, y nos deja ver que estos gobiernos, iniciados en 2003, han sido el mas importante avance para nuestro pueblo desde la muerte del General Perón el 1º de julio de 1974.
Pero aún es insuficiente, y por eso decimos que hay que AVANZAR CON EL PUEBLO PARA FRENAR LA RESTAURACIÓN CONSERVADORA.
A modo de conclusión y de propuesta.
En cuanto a las elecciones y la relación con los aparatos partidarios de cara al futuro citaremos ahora a otro pensador y militante popular, John William Cooke, sin perder de vista el momento histórico y quién era su interlocutor:
“los que hemos tenido la preocupación de meditar sobre las causas de nuestra caída del gobierno, computando tanto los factores que en un momento dado fortalecieron el frente cipayo como las fallas internas que entonces afloraron, hemos atribuido la máxima importancia a una debilidad estructural que resultaba de tener un líder revolucionario y una masa revolucionaria pero también una capa burocrática -sindical, política y administrativa- que hacía de aislante y no de mecanismo de transmisión, de freno y no de ejecutora de una política revolucionaria. (...) Es allí, en esas posiciones ideológicas absurdas y reaccionarias, donde está el mal y donde radica nuestra debilidad” ...
El peronismo es un encuadramiento de las fuerzas populares vertebrado en torno a la clase trabajadora, pero no está investido de ninguna calidad extraterrenal que le confiera vigencia perenne; no posee otros valores que los que él mismo va acreditando con sus acciones. Entonces no se vea en este toque de alerta prefiguraciones catastróficas, ni dudas en cuanto a su capacidad para cumplir su mandato histórico, sino el llamado para que lo preservemos como eje de un frente de nacionalidad..." "Había un lugar donde podría haberse planteado todo eso: el partido..., pero lo que debió haber sido el campo de desarrollo ideológico se transformó en esclerotizada estructura burocrática." , correspondencia de Cooke con el General Perón, 1959.
La renuncia a la presidencia del PJ y la participación en el primer encuentro de Carta Abierta del ex Presidente Néstor Kirchner son dos gestos positivos y de alto contenido simbólico. Creemos que estos deben ser los primeros pasos para construir una fuerza política nacional con una concepción movimientista, que recupere lo mejor de la transversalidad, que convoque a sumar fuerzas a todas las organizaciones sociales, políticas, culturales etc. y aliente la movilización y organización del pueblo en todo el país.
La única salida posible es hacia adelante. Esto significa mayor y mejor distribución de la riqueza expresada en crear más puestos de trabajo y que sea trabajo registrado, como contrapartida combatir el trabajo irregular, aumento de salarios y jubilaciones para fortalecer el consumo interno, generar políticas activas para que el acceso a la vivienda, la salud, la educación y la previsión social sea una realidad para todo el pueblo.
Debe haber líneas claras de fomento a la economía familiar, pequeña industria, cooperativas y pequeños productores agropecuarios entre otros. Sostener y profundizar la política de integración Latinoamericana es de vital importancia la participación en la UNASUR, el MERCOSUR, el Banco del Sur, y en todos los foros continentales que contribuyan a la unidad de nuestros pueblos.
Cualquier intento de conciliación de clases y/o negociación “amigable” con el capital llevara (en el mejor de los casos) a la derrota en el 2011. La reacción del capital cuando ve afectados sus intereses es bien conocida.
En los ‘70 fueron dictaduras militares, hoy son golpes institucionales con renuncias apócrifas y disfraces legales varios; el golpe contra Chávez en 2002, el bombardeo al territorio ecuatoriano que casi provoca una guerra con Colombia, la masacre de Pando y la rebelión de la oligarquía de la media luna en Bolivia, y el reciente secuestro y destitución del Presidente hondureño Manuel Zelaya, son un claro ejemplo de ello.
El accionar destituyente y xenófobo en nuestro país de la patronales agropecuarias, junto a grupos concentrados de capital, y grandes cadenas informativas, son la expresión local de lo antes expuesto.
En la Ciudad de Buenos Aires el Encuentro Popular Para La Victoria puede ser la fuerza convocante del armado de una herramienta política popular militante, constituyendo una mesa de conducción, sin exclusiones, para preparar un plan político - organizativo que abra el camino para recuperar la Capital en 2011.
Desde la Agrupación Envar El Kadri promovemos y promoveremos reuniones con todas las organizaciones políticas y sociales para construir la unidad necesaria con el fin de relanzar con todas las fuerzas el proyecto nacional y popular. Creemos que lo logrado hasta hoy forma una importante base de partida y que hay que ir por más y redoblar la apuesta.
Los siguientes son algunos puntos que consideramos imprescindibles para avanzar en proyecto nacional y popular. No son los únicos ni el orden debe ser el aquí enunciado.
La recuperación para el pueblo de los recursos naturales y los servicios públicos. El impulso de una tarifa social en los servicios esenciales. Una reforma tributaria que grave a quienes más tienen. Establecer la prohibición de los despidos y suspensiones por 180 días. La asignación universal por hijo. Aumento de salarios y jubilaciones, y recuperación del 82 % móvil. Impulsar la ley de quiebras, y así facilitar la recuperación de fuentes de trabajo. Apoyar la producción local y el compre argentino. poner a tratamiento de la ley de servicios audiovisuales. Impulsar la unificación de las causas contra los genocidas. Efectuar un efectivo seguimiento de la causa por la desaparición de Jorge Julio López. Otorgar la personería gremial a la Central de los Trabajadores Argentinos.
Finalmente expresar nuestro total apoyo al Presidente de la hermana República de Honduras, Manuel Zelaya, y a las acciones, que con la participación activa de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, están llevando a cabo los organismos internacionales.
PLENARIO DE LA AGRUPACION ENVAR EL KADRI
PERONISMO REVOLUCIONARIO
1816 – 9 DE JULIO- 2009
HEROES DE LA GUERRA ANTICOLONIAL