Unidad

Ha llegado la hora de deponer intereses personales. Unidad con todos aquellos que no estén con la embajada. Y asegurémonos de que en la unidad tengamos verdaderos representantes de los intereses del pueblo

martes, 28 de julio de 2009

Debate post electoral: Luis Osvaldo Abollo

Acerca de los Cabildos Abiertos

¿Es posible que el conjunto de las organizaciones populares Kirchneristas no hayan previsto el resultado electoral? Si esto fuera así, entonces la tan mentada territorialidad de las organizaciones, sobre todo las piqueteras, ¿Dónde se evidencia?
¿No hablan con la gente?
¿No hicieron campaña puerta a puerta si es que estaba en juego el modelo?
¿O debe interpretarse que estuvieron muy pendientes en hacerles de público a los intendentes (Algunos impresentables) que inauguraban, ya con Néstor o ya con Cristina, obras hechas, a medio hacer o por hacer?
¿Creían que alcanzaba con mostrar las obras?
¿O consideraban que la campaña era competencia del PJ?
¿Le sacaron el cuerpo a la campaña electoral?
En cambio, si tenían previsto el resultado ¿Porqué no propusieron los “Cabildos Abiertos” antes de las elecciones?
¿Por qué no haber comenzado a estructurar la pretendida corriente política desde el voto no positivo de Cobos?
Ahora ya no hay tiempo. Y no lo había aún ganando las elecciones por diez puntos
¿O no se enteraron de que en Honduras hubo un golpe y que el siguiente es acá, con Cobos a la cabeza?
¿Se acuerdan que lo anunció Biolcati en lo de Grondona?
El equilibrio se ha roto y el enemigo comienza la ofensiva
¿Qué haremos?
Esta es la cuestión.
Se equivocan quienes piensen gastar el poco tiempo que se tiene en armar una nueva opción electoral (Sabatella, Lozano, Pino, Cevallos o Persico y D´Elia) otro armado superestructural; popular, pero siempre superestructural. Lo cual significa que el pueblo debe ser “Objeto” de la política de los distintos “Kiosqueros” y nunca el “Sujeto Principal” de los cambios y su defensa.
Sin la participación del pueblo en las calles defendiendo las conquistas, es imposible romper la trampa del sistema, y menos aún, vencer al enemigo que ve amenazado su futuro ante una nueva división internacional del trabajo. Ellos lo quieren todo y ya.
¿Alguien lo duda?
El campo popular solo tiene dos opciones: Empezar una retirada ordenada o plantarse y resistir. Ello dependerá de la correlación de fuerzas que tengamos (Habrá que evaluarla, corroborarla y revalidarla en los hechos concretos), pero en ambos casos es necesario “Todo el poder al Soviet”. Es decir: La unidad se debe dar en la base, nunca en las superestructuras; municipio por municipio, localidad por localidad, barrio por barrio, apretando a los intendentes a jugarse con el pueblo en la defensa de las conquistas populares, persuadiendo a los empresarios y a las clases medias que sin justica social no habrá paz para nadie.
Es en el barrio, en la localidad, en el municipio, donde los militantes nos conocemos entre todos. En muchos casos hemos compartido construcciones en común tantas veces como veces hemos hipotecado nuestra militancia y representatividad detrás de “Referentes” que no podían ni servirnos el café.
En cuanto a Nestor y a Cristina, hay que reconocerles un coraje inaudito e inesperado en algunas conquistas centrales para la recuperación del rol del Estado en lo económico, en lo social y en lo distributivo, como así también en materia de Derechos Humanos, no solo por el rescate histórico y la eliminación de la teoría de los dos demonios, sino, y principalmente, por el respeto real que signfica no reprimir ni las protestas más injustas; pero hay que convencerlos que deben apostar decididamente a fortalecer la organización popular para la defensa, no ya del gobierno, sino del Estado. Para ello es menester que los ministerios bajen a los barrios: Cada Sala de Primeros Auxilios debe ser una oficina del Ministerio de Salud, cada escuela, una oficina del Ministerio de Educación, cada comedor o centro comunitario debe serlo del Ministerio de Desarrollo Social; así como cada Organización Libre del Pueblo, que se tengan garantías de que los vecinos la controlan con su participación, deben ser el Estado mismo. No hay otra forma de llegar a los más necesitados. Basta de favorecer a Intendentes que ponen huevos en todas las canastas y no resuelven los acuciantes problemas de los más humildes.
Debemos entender que en momentos como este, la unidad popular es más importante que nuestras propias organizaciones, pues se trata de construir, no una opción electoral, sino un nuevo liderazgo social (Como en algún momento fueron los trabajadores y hoy, con eso solo no alcanza) que hegemonice el proceso de transformaciones que nos permita alcanzar la tan ansiada Liberación Nacional.
Finalmente, y para que se entienda mejor la intencionalidad de lo expresado, se adjunta el documento escrito antes de las elecciones.
Un abrazo Peronista
Gringo
27/07/09

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“Debemos esperar lo mejor, pero estar preparados para lo peor”

El conflicto agrario del 2008 rompió el delicado equilibrio entre el campo popular y el campo del enemigo. Desde allí en adelante, el enemigo ha iniciado una contraofensiva que se evidenció en la escalada de precios, los aumentos de tarifas y todas las regresiones del crecimiento económico que comenzaron a “Enfriar” la economía por más que el gobierno se haya empeñado en relanzar ese crecimiento por vía de la obra pública, quitas en las retenciones, subsidios y créditos blandos a sectores dinámicos de la economía, etc.; sumado a ello la posterior crisis financiera internacional que afecta nuestras exportaciones, sobre todo las no tradicionales, con su consecuencia interna de desempleo.
Pero si bien la situación económica empeoró, y empeorará por la crisis externa, las reservas del BCRA y la nacionalización de las AFJP, hacen que las variables económicas aún puedan manejarse; con lo cual queda claro que el problema del gobierno no es económico, sino político.
La alianza de clases que daba sustento al Kichnerismo parece haberse modificado y los mismos sectores sociales que obtuvieron con este gobierno la mayor acumulación económico – financiera, hoy pretenden, desembozadamente, defenestrarlo. El gobierno se equivocó al creer que la cuestión era por mantener sus ganancias prebendarías. Para nada: El conflicto es por el Poder y ellos lo quieren detentar sin socios.
Y es que los sectores ligados al agro y la agro industria, principalmente de alimentos, son formadores de precios de la canasta familiar, los menos perjudicados por la crisis externa y los que tienen injerencia directa en los precios internacionales. Hoy, el no vender los beneficia, sus propiedades se revalúan en relación directa con la gravedad de la crisis internacional, tienen insignificantes costos fijos gracias a una paridad dólar que les es favorable y cuya diferencia paga el resto de la sociedad y pueden vender al precio que quieren, o esperar que los precios lleguen a los niveles pretendidos. Es decir, el tiempo juega a su favor. Pueden esperar. No ocurre así con el resto de la industria, que verá perder a manos de las multinacionales –subsidiadas desde los países de origen - los mercados externos, y en muchos casos, los internos, que habían ganado en estos años de crecimiento ininterrumpido. Por su parte el gobierno, para mantener la alicaída actividad económica deberá echar mano a las reservas y pagará, los platos rotos. De no haber un cambio rotundo en su política de alianzas, llegará entonces, en el mejor de los casos, al final de su mandato, desgastado por la crisis internacional, sin reservas y jaqueado políticamente por todos los flancos, hasta por sus mejores aliados.
Las elecciones del próximo 28 están perdidas aún cuando se gane, pues no hay posibilidad de sacarle 20 puntos al segundo, ni de, de ningún modo, recuperar las bancas del quórum propio. Esto, quiérase o no, pondrá al gobierno en una situación de debilidad y será el principal factor de unidad de la nueva “Unión Democrática” que el mismo 29 irá por más en su disputa por el “no” reparto de la riqueza.
La nueva situación, sumada al agravamiento de la crisis internacional, debilitara al campo popular pues se comenzará a profundizar resquebrajamiento de la alianza de clases que hizo posible la recuperación de la economía durante el gobierno de Néstor y fortalece la posición de los sectores oligárquicos de América Latina que se verán favorecidos por los precios de los comodities (Con el aditamento de la especulación financiera, que no tiene otra posibilidad de timba) y porque las economías de los países de la región dependerán de sus exportaciones primarias durante un largo período, pues, si los países desarrollados logran zafar de la crisis, seguirán subsidiando a sus empresas para que recuperen los mercados.
Por otra parte, la represión de Alan García en Perú nos está mostrando cómo las oligarquías están operando coordinadamente en toda América Latina: Allí donde pueden, reprimen, y donde no pueden, desestabilizan. Cuentan para ello con los aparatos de prensa y la complicidad Eclesial.
En todos los países de la región, la lucha de las oligarquías no es por mantener sus rentas prebendarías, sino por la hegemonía ante lo que prevén será una nueva división internacional del trabajo. Es decir, acá nos pretenden llevar a una nueva “Década infame”. Lo dicen todos los días y desembozadamente.
Súmesele a esto que todos los pequeños productores agropecuarios, gracias a la soja transgénica, son hoy aliados estratégicos de la oligarquía, más la extorsión abierta y llana a los restantes actores sociales de las economías regionales, so pretexto de coparticipaciones federales, regalías, etc., hacen que le den carnadura política al nuevo proyecto oligárquico.
Más allá de cual será la política que se dé el gobierno para revertir su situación, y si acordamos o no con este gobierno, desde el 29 de junio, la militancia popular, que ha apostado fuertemente al éxito del actual modelo, deberá buscar nuevas formas organizativas y de de lucha para defender las conquistas alcanzadas en estos años; lo cual será una regresión inadmisible, máxime ante la crisis que vive el capitalismo, quizás la más grande de toda su historia.
Los peronistas, consecuentes con las tres banderas de nuestro movimiento, por sobre todos, conocemos bastante de esta historia, y sabemos hacia donde nos pretenden llevar los “Profetas del odio”. Debemos recurrir, pues, a la historia para, esta vez, estar mejor preparados para resistir, pues así como no habían razones de peso para bombardear la Plaza de Mayo en 1955, tampoco hubieron razones para los cortes de ruta salvajes de la Mesa de Enlace del 2008/9. Y es de esperar, sea cual fuere el resultado del 28, que el nivel de violencia sea mayor buscando la provocación que haga ingobernable a la Nación.
A quienes se llenan la boca de “Democracia” y piensan que la resolución de esta contradicción se resuelve en las urnas, e incluyo en esto al propio Kirchner, debemos advertirles que había plena democracia cuando Rojas bombardeó los tanques de gas en Mar del Plata y amenazaba con la voladura de las destilerías del Dock Sud. Hoy no tienen el partido militar, pero tienen otros medios más poderosos, como ser la monopolización total de los medios de difusión y la mayor concentración económica que le permiten con muy poco desabastecer a toda la población. Quienes piensen que los cortes de ruta del campo no fueron un movimiento militar a escala nacional con el objeto de sitiar al setenta por ciento de la población, cual si fuera el sitio de Stalingrado, estarían viendo otro canal.
Por el mismo motivo, también se equivocan quienes piensan que hay que generar otra alternativa electoral para confrontar con la derecha anticipándose al supuesto fin del Kirchnerismo, porque ello implicaría cerrar un proceso, para comenzar otro nuevo y eso es tan funcional al proyecto oligárquico, como los confrontan desde la izquierda contra el gobierno, pues dividen el propio campo.
Si es que no se quiere volver a rifar la militancia, como en otras oportunidades anteriores al 2001, no se puede ser tan irresponsable de hacer política apostando a escenarios en donde el gobierno sea derrotado o derrocado, pero tampoco se puede ser tan irresponsable de pensar en que la capacidad política de Nestor todo lo puede; y creer y aceptar a pie juntillas que todas las alquimias pejotistas que realiza alcanzan para enfrentar al enemigo cuando este avanza. Los dueños del peronómetro pejotista, como en el 55, volverán a estar donde entonces estuvieron al sonar el primer tiro: Debajo de la cama. La carne en el asador la seguiremos poniendo los mismos de siempre. La resistencia peronista no fue obra de ningún PJ, sino del pueblo peronista.
De esta situación solo se sale con unidad y organización popular. Basta de, como decía Jauretche, ser como los perros de los mataderos, que se pelean por las vísceras mientras el abastecedor se lleva la vaca.
Los que nos creemos representantes de los intereses populares o decimos solidarizarnos con ellos, tengamos o no militancia política o social, tengamos o no relación orgánica con alguna estructura partidaria, institucional, social o gremial, debemos asumir la responsabilidad de la construcción de un Frente Popular Anti oligárquico como condición indispensable, no solo para defender las conquistas obtenidas (Sea por el gobierno que fuera), sino para exigir la plena vigencia de todos los Derechos Populares que alguna vez estuvieron estatuidos en la Constitución de 1949. A este proceso se lo supera desde su propia génesis y no derrotándolo o dejando que se lo derrote, porque eso sería volver a la maratón de presidentes en una semana, a los cortes de luz en Chapadmallal y a Duhalde, en el mejor de los casos; y quien pretende eso no puede decir que busca el bienestar de nuestro pueblo.
Hagámonos cargo de no haber sabido construir en todos estos años de Democracia una alianza capaz de ser alternativa de poder para el pueblo argentino. Que no otra era nuestra responsabilidad militante, después de la derrota del 76.
¿Será que analizamos la realidad de acuerdo a las necesidades de nuestro espacio (Nos vendemos el diario de Yrigoyen a nosotros mismos)?
¿Será que caracterizamos de distintos modos la etapa o la coyuntura?
¿Será, acaso, que el error está en el tipo de organizaciones que armamos?
¿Será, quizás, que nuestra desviación ideológica sigue siendo el “Elitismo Mesiánico” de creernos que si no somos hegemónicos dentro de nuestro campo, no hay Liberación Nacional posible?
¿O será, digo…, tal vez…, quizás…, en una de esas… que el Movimiento y el Frente de Liberación son solo slogans publicitarios de nuestras organizaciones?
En síntesis, se trata de resolver todos los interrogantes que nos plantea la coyuntura, pero estos solo los podremos resolver si tenemos fresca la historia contemporánea y sabemos discernir en cuales han sido los errores recurrentes que nos llevaron a tantas frustraciones.
La organización del Movimiento y el Frente no son un capricho ideológico, es la necesidad real y concreta de coordinar todas las luchas sociales para la toma del poder. Es un espacio político que existe y no se ocupa. Es el espacio de las luchas que tienen intereses comunes.
No existe una sola organización, gremio, institución o partido que pueda ser representativo de todos los intereses populares y nacionales a la vez, por lo que se impone hacer converger nuestras políticas, propendiendo a la unidad, verificable en los hechos, del espacio popular. Obligarse a acordar y respetar los acuerdos para actuar en forma conjunta contra el enemigo común, aceptando que las hegemonías se construirán en el desarrollo de lucha y en función de la representatividad de las propuestas y no por el peso de las organizaciones.
Finalmente, la intencionalidad del presente, no puede tomarse como un documento acabado: son reflexiones que pretenden aportar al necesario debate político acerca de la construcción del poder popular, pero desde la perspectiva de que esa construcción no es el problema que atañe resolver a las organizaciones populares, sino que estas son el problema mismo.
Un abrazo peronista

20/06/09

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